Hay lugares que han trascendido al imaginario colectivo por muy diversas razones. Están aquellos en los que la historia, sus personajes y vicisitudes los han hecho destacar y ser reconocidos a lo largo del tiempo; otros, en cambio, están marcados por hechos religiosos de diversa índole; y muchos, la mayoría, son los que, a través del arte -cine incluido-, han tenido un proceso de mitificación que los ha convertido en enclaves de peregrinación y encuentro.