Dejar a las zonas rurales sin transporte escolar son políticas incendiarias que siembran fuegos. Este verano hemos vivido un auténtico infierno. Extremadura ha ardido por los cuatro costados, y algo en lo que coinciden todos los expertos es que el monte está abandonado desde hace décadas por la despoblación. Y este vaciamiento poblacional no es una cuestión del azar o del destino, viene motivado por las políticas que han contribuido activamente al éxodo rural.