Será este próximo mes de marzo, si se cumplen los plazos previstos cuando el rector de la universidad de Santiago de Compostela, Antonio López, dé el relevo a quien será su sustituto o sustituta tras siete años al frente de la universidad compostelana, dependiendo de si hay que ir a una segunda vuelta o no en las elecciones que se convocarán en febrero. Una despedida que afronta "con la satisfacción de dejar una universidad mejor de la que nos encontramos", como nos cuenta en su despacho del rectorado sito en el histórico Pazo de San Xerome a los pies de la Catedral de Santiago en plena Plaza del Obradoiro y donde el aún rector de la USC ha vivido "momentos buenos y otros no tanto", como recuerda al señalar lo vivido en estos años en los que hubo que afrontar recortes presupuestarios, una pandemia "que no sabíamos cómo afrontar" y una ocupación durante unas protestas el pasado que requirieron finalmente de la evacuación forzosa del edificio por parte de la Policía Nacional. Momentos que, sin embargo, no evitan que sean más los que dejan mejor sabor de boca como cuando "el ambiente de concordia encontrado a la hora de sacar adelante los proyectos planteados por este gobierno", o el comprobar como tras una década, están a punto de comenzar las obras del nuevo edificio de la Facultad de Farmacia. En este sentido, Antonio López confía en que las obras del nuevo edificio de la facultad de Farmacia en el campus sur de la universidad "puedan comenzar antes de que concluya mi mandato", una vez que se ha adjudicado la obra que cuenta desde hace unos días con licencia municipal del Ayuntamiento de Santiago, "poniendo fin a la situación se alarga desde hace casi 10 años donde en las antiguas instalaciones era imposible llevar a cabo la actividad docente e investigadora". Lo que ya no está tan claro es si el fin del mandato de Antonio López se producirá a tiempo para ver resuelta la gran incógnita en el sistema universitario gallego, después de que las universidades de A Coruña primero y Vigo después, hayan reclamado facultades de Medicina propias. Abriendo un melón en el sistema universitario público gallego en el que por el momento, no se ha alcanzado un acuerdo a la propuesta de la USC, que comparte la Xunta de Galicia, de mantener una única facultad en la USC, ahondando en la descentralización de las prácticas y la docencia, que ahora se limitan al 6º curso, a los dos anteriores, 4º y 5º. Propuesta en la que incide Antonio López al entender que "Es el modelo que tenemos en España, cualquier facultad que hay en nuestro país con números similares de alumnos a la nuestra tienen montadas diversas unidades descentralizadas de formación en distintos hospitales que estén vinculados con esas universidades", por lo que asegura que "aquí también es la mejor solución que crear una o dos nuevas facultades, lo que no redundaría en una mejor calidad de enseñanza". Una propuesta de descentralización ante la que "hay un sentimiento generalizado de que es una buena solución", según el rector de la USC, aunque reconoce desde el inicio de la polémica "se ha dado algún paso que a ver cómo se reconduce ahora". Algo que debería quedar resuelto en las negociaciones entre las tres universidades públicas de Galicia que se mantienen este mes de septiembre fuera de los focos de la opinión pública y después de que los solicitantes de estas nuevas facultades esgrimieran el riesgo de que sea la iniciativa privada la que venga a cubrir el hueco de la oferta de plazas en Medicina de la USC. A lo que su rector responde que "mientras haya una demanda global en toda España de estudios de medicina muy superior a las plazas que tenemos, siempre habrá ese riesgo; otra cosa es en qué condiciones, con qué oferta y con qué servicios entra porque una facultad de medicina no es solo buscar un edificio o un profesorado, sino que hay que poner toda una parte de formación clínica, contando con los profesionales, y eso cuesta un poco más articularlo para hacerlo con calidad". Y todo esto en el arranque de un nuevo curso, el 2025/2026 en el que los dos campus de la USC, el de Santiago y Lugo han recibido la matriculación de 4.950 nuevos estudiantes, lo que eleva el total de matriculados, a falta de cerrar los máster y doctoramientos, a cerca de 27.000. Sorteando, por el momento, la bajada de matriculaciones que se prevé ya para los próximos años por el efecto de la importante bajada de la natalidad que se produjo con las crisis de 2008 y, sobre todo, la de 2014 en adelante. Un nuevo curso que la USC afronta con el reto de comenzar con la nueva facultad de Farmacia, la incógnita de saber qué pasara con la descentralización de medicina y la despedida del que ha sido su rector durante los últimos siete años.