Dicen que no hay dos sin tres. Y dicho y hecho. El sacerdote jesuita, Antonio Bohórquez, encabeza esta tarde una nueva expedición que peregrinará desde A Coruña hasta Santiago con una peculiaridad: no se para a descansar ni a dormir. 73 kilómetros del tirón. La primera vez que lo intentaron, la "incertidumbre" fue la compañera más difícil de vencer. La segunda vez, reconoce, iban "más seguros pero, bueno, siempre hay su riesgo". Y en esta ocasión, subraya, la afrontan con "ilusión". "Es una manera bonita de comenzar el curso", añade. Señala que este reto físico "nos dice algo, en esta sociedad que siempre tira la toalla, que no puedo, que no tenemos fuerza. Pues hacer este reto así, que hay otras pruebas deportivas también parecidas como pueden ser los 100 kilómetros de Ronda que organiza la legión, asociarlo al Camino de Santiago, sí te pone un poco con el límite físico, pero también desde la fe, uno puede experimentar que Dios siempre te apoya y te acompaña". Y añade que "en la vida a veces viene bien para luego otros aprendizajes". De hecho, Bohórquez lo resume ese aprendizaje como una metáfora de la vida: "Cuando uno piensa que no puede, siempre puede más de lo que piensa. Siempre hay fuerzas que uno saca de dentro y que uno está más preparado para afrontar problemas y situaciones difíciles en la vida de lo que uno puede, en principio, concebir". Este reto no es para todos. Hay que prepararse. "Hay que ser serios", afirma este sacerdote jesuita, "nadie se puede lanzar a un camino de este tipo sin preparación física y psicológica". Entre las recomendaciones: "no llevar más carga de la necesaria, pero sí que hay que llevar algo de alimentación y algún complemento que nos pueda ayudar en esos momentos de dificultad". En la primera ocasión, de los nueve peregrinos que salieron de A Coruña consiguieron llegar 6 en 20 horas. La segunda ocasión ya supuso una marca sorprendente: 14 horas y 37 minutos. Para esta tercera ocasión no quieren "bajar de esas 14 horas porque eso es una barbaridad, lo hicimos muy rápido". El desafío, abierto a quien quiera unirse, parte a las cuatro y media de esta tarde desde la iglesia de Santiago en A Coruña. No hay inscripción previa.