¿Has sentido alguna vez que no te alcanza el tiempo? Que sí, que el día tiene 24 horas pero que, en realidad, no llegas a nada. A todos los recados que tienes que hacer, a organizarte las comidas, compras, trabajo, familia y ver a tus amigos. Sientes que necesitas más horas, más minutos, más segundos. Y eso, si lo gestionas mal, puede llegar a provocarte ansiedad, insomnio, y hasta una enfermedad. Una enfermedad que tiene nombre y apellidos: cronopatía. Un diagnóstico que queremos analizar con nuestra psiquiatra de cabecera en su diván, con Marian Rojas. Ella misma explicaba que se trata de “una forma de conectar con el tiempo y lo usamos muchas veces en psicología o en sociología. Es la sensación de que el tiempo nunca nunca alcanza, que siempre corremos”. Pero la cosa no acaba ahí, porque ya no solo nos puede entrar ansiedad por no llegar a todo, sino que puede ser también “provocada” porque sentimos que nuestro tiempo no lo aprovechamos lo suficiente ni lo llenamos con diferentes tareas. “La sensación de que la vida hay que llenarla de cosas y entonces hay una aceleración vital, no poder parar, estar siempre en modo hacer porque hay que hacer, porque si no hago pierdo el tiempo” empezaba diciendo la doctora Rojas. Así pues, dice, dejamos de descansar y esto repercute en nuestra salud mental. Esa sensación constante de que no estamos aprovechando el tiempo y de que no lo estamos llenando de actividades es algo que, si escala, puede llegar a provocarnos una enfermedad. No, no es ninguna exageración. “Si nos conectamos siempre en ese modo de aceleración, tarde o temprano nos vamos a enfermar con ansiedad. La ansiedad es horrible. Si alguno la ha sentido, taquicardia, taquipnea, ese miedo, esa sensación de que no controlo la vida. Y luego, a nivel físico hay un desajuste de los ritmos biológicos porque uno duerme mal, porque uno come rápido, porque uno no respeta las señales naturales del cuerpo” aclaraba Marian Rojas. Esto, de sobra sabes, provoca que empecemos a tener insomnio, desajustemos los horarios de comida y, poco a poco, a nuestro cuerpo le falte salud. Como decía la doctora, cambiamos nuestros ritmos circadianos y eso afecta negativamente a nuestra salud. “Dormimos tarde, nos levantamos temprano, trabajamos de noche delante de una pantalla que engaña al cerebro con la luz artificial, comemos sin horarios, todo eso altera el metabolismo. Nuestro reloj biológico se pelea con el reloj social y el resultado es fatiga, irritabilidad y a largo plazo problemas de salud” comenzaba explicando. “La cronopatía está muy vinculada con la ansiedad moderna porque creemos que siempre debemos de estar ocupados, que el ocio es pérdida de tiempo y eso genera un círculo vicioso. Cuanto más intentamos optimizar el tiempo, más sentimos que no alcanza y aparece ahí esa culpa por descansar, por no ser lo suficientemente productivos” expresaba. Por eso mismo, propone, es necesario saber parar y descansar, sin necesidad de hacer planes para poder reparar nuestro cuerpo y evitar problemas futuros de salud. Para Marian Rojas es necesario parar, tomar un respiro y hacer todo lo posible por reparar nuestra higiene del sueño, para evitar enfermedades. Y contrario a esto, explica que debemos, tanto en invierno como en verano, tener exposición a la luz natural, ya que ayudará mucho a nuestro cuerpo. “Ahora empezamos dentro de poco a tener menos luz. Entonces, tener cuidado porque la luz natural ayuda a reajustar el reloj” explicaba. Así pues, recomendaba un hábito que deberíamos eliminar en aras de tener mayor salud: dejar de llevar gafas de sol en determinados momentos. “Que durante la mañana no llevemos gafas de sol, para que a tu cerebro le llegue, otra cosa es estar en la nieve o en el mar, pero a día en otoño, que nos llegue a la retina luz del sol, que un poquito de luz y si no hay que hacer una suplementación de vitamina D. Si no tenemos una correcta exposición al sol, los niveles de vitamina D están muy bajos y cuando están muy bajos hay más predisposición a la inflamación, a la tristeza” expresaba. Además de eso, recomienda “momentos de pausa consciente”, de parar y de estar tranquilos.