En Pekín, el Ejército Popular de Liberación desplegó su tríada nuclear completa, misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos. Sin embargo, el verdadero centro de atención no estuvo en los tanques ni en las ojivas, sino en la estrategia tecnológica que convierte al software y la inteligencia artificial en el corazón de la nueva doctrina militar china.