La lucha por mantener las camisas blancas impecables es una batalla que todos conocemos. Esas prendas que aportan tanta luz y frescura a nuestros looks se convierten en una pesadilla cuando el cuello se ensucia. Y el verano, con el calor y el sudor, solo empeora la situación. ¡Pero no te preocupes! Ha llegado un truco inesperado que está revolucionando la forma de cuidar tu ropa blanca y la solución es tan sencilla que te preguntarás por qué no lo habías pensado antes.