Entre los méritos indiscutibles de Louis Althusser se cuenta haber demostrado que el marxismo podía ser aún más ilegible que 'El capital'. O la obstinada terquedad que lo llevó a coquetear con el estalinismo cuando ya olía a cadaverina, excusando las purgas soviéticas como si fueran reformas administrativas. La 'intelligenstia' parisina, curada de espanto, no solo le perdonó que estrangulara a su mujer, sino que lo tomó como la enésima excentricidad de una mente sublime. Sea como fuere, entre su maraña de conceptos hay uno que resulta valioso: el macizo ideológico. Una vez retirada la hojarasca marxista que envuelve el concepto, emerge una cordillera de roca viva. Imaginemos un relieve perfilado, con sus cumbres y sus valles. No se ha... Ver Más