Tendemos a romantizar el pasado en exceso, con un punto de nostalgia. Puede que algo de eso haya cuando se compara el debate sobre incendios vivido este martes en el Parlamento gallego con el que se produjo en 2006, ambos tras un agosto de fuego y ceniza. Si en aquella ocasión el intercambio resultó vibrante, con una indiscutible tensión política entre gobierno y oposición, esta semana resultó todo más plano. No fue ni mejor ni peor, simplemente distinto. La explicación quizás se pueda encontrar en el terreno de juego que unos y otros fueron abonando. Hace 19 años la Xunta bipartita concibió la comparecencia de Touriño como un momento para la confrontación con la oposición de Alberto Núñez Feijóo. El... Ver Más