Pocos lo creían y muchos siguen sin creerlo. El 10 de septiembre de 1975, hace ahora cincuenta años, Miguel Pérez Pérez se precipitó desde el balcón de la residencia veraniega de sus padres, en La Chicharra. Desde una altura de unos treinta metros, en un noveno piso ubicado a la altura de un undécimo teniendo en cuenta las entreplantas, Miguel cayó tras introducirse entre las barandillas.