Polarización y futuro incierto

Con todo lo terrible que está ocurriendo en estos momentos en el mundo, dan ganas de bajarse de él. Es cierto que la historia universal de la infamia parece no tener fin y su principio coincide con el del hombre mismo ya desde Caín, y que ha habido épocas seguramente más violentas, oscuras y tenebrosas que esta, con líderes aún más violentos, oscuros y tenebrosos, aunque ahora mismo se acumulen de un modo que se antoja por momentos insoportable las amenazas de los malvados a la vez que grotescos, con el horror añadido e insondable de la posesión nuclear, las violaciones constantes de los derechos humanos ante la incapacidad de quienes creen en ellos de defender a los violados, el dolor de los abandonados a su suerte,  tanto en Palestina como en Afganistán y las invasiones y agresiones a territorios soberanos por parte de autócratas y psicópatas con un poder de destrucción escalofriante.