Treinta años después de que el cierre de la presa de Iberdrola cortara de raíz la comunicación entre Cedillo y Montalvão (pedanía de Nisa), este pequeño pueblo del noroeste cacereño ve cada vez más cerca la construcción de un puente internacional que pondrá fin a décadas de aislamiento y marcará una nueva etapa en el desarrollo transfronterizo. La infraestructura, que unirá las dos orillas del río Sever que separan España de Portugal, ha sido durante años la gran reivindicación de los cedilleros y se ha convertido en un símbolo de una de las últimas fronteras vivas de Europa tras la firma del Acuerdo de Schengen.