La mala educación

Leo que la llamada «generación Z» prioriza el bienestar sobre la cultura del sacrificio. Conviene superar esa dicotomía, que puede llevar a identificar bienestar con ocio y malestar con sacrificio. El bienestar al acabar una dura sesión de deporte, conquistar un paisaje tras una penosa travesía o culminar una prueba (haya o no competidores) suele ser alto. En cultura, la ruptura, a través de un tesonero esfuerzo, de los límites a la comprensión de lo que lees, ves o escuchas, es resplandeciente. Hasta el amor es fruto en buena parte de un trabajo sostenido para hacer feliz a otra persona: el gusto al hacerlo es ya amor. En el puro trabajo, cuando es de creación, investigación o exige destrezas (intelectuales o manuales), hay un bienestar que a veces hace que no cuenten las horas, igual que lo hay en la mera «obra bien hecha». En cambio el puro «matar el tiempo» puede producir hastío.