El crecimiento de los canales digitales facilita que miles de emprendedores gestionen su dinero de forma rápida y sencilla a través de aplicaciones bancarias móviles; sin embargo, este avance también trajo consigo nuevos riesgos: los fraudes digitales, que hoy representan una de las principales amenazas para los pequeños negocios que dependen cada vez más de estas aplicaciones para recibir dinero y realizar pagos o transacciones con proveedores.