El tiempo que las pacientes con un diagnóstico de cáncer de mama tienen que esperar para sus revisiones se sitúa actualmente en cuatro meses, dos menos que hace un año, y acortar los plazos constituye un reto que requiere de una solución urgente. María José Oraa, presidenta de la asociación Saray, afirma que “cada semana de espera para una revisión genera incertidumbre, miedo y ansiedad por una nueva recaída” y denuncia que “la seguridad y la tranquilidad de las pacientes no pueden depender de un calendario saturado”.