Elena Gutierrez La gastronomía mexicana es un patrimonio vivo que trasciende generaciones, territorios y corazones. En este universo culinario, figuras como Ana Gabriela de Anda, cocinera tradicional originaria de Aguascalientes , representan la raíz más pura de la identidad mexicana: la cocina como acto de amor, herencia y comunidad. Su trabajo rescata los sabores del campo y honra los saberes de las mujeres que le antecedieron, al tiempo que busca transmitir a las nuevas generaciones el valor cultural de la cocina tradicional. ¿Quién es Ana Gabriela de Anda? Desde su infancia, Ana Gabriela de Anda aprendió que la cocina es una forma de expresar cariño. Su amor por los fogones nació al observar a su madre, abuelas y tías preparar alimentos para toda la familia. Entre aromas de mole dulce y adobos de cerdo, descubrió que cocinar era mucho más que una tarea doméstica: era un lenguaje afectivo, una manera de cuidar y unir a los suyos. Uno de sus recuerdos más significativos es el mole que su abuela Lupita elaboraba cada 12 de diciembre para celebrar a la Virgen de Guadalupe. En ese ritual, el alimento se transformaba en símbolo de unión familiar y devoción. También recuerda con ternura su primer platillo preparado sola: un pan casero de jugo de naranja bajo la guía de su madre, que marcó el inicio de su camino como cocinera. Las enseñanzas familiares no se limitaron a recetas. Sus tías le transmitieron la técnica de los encurtidos caseros y la preparación de postres como el pay de queso y el flan, prácticas que aún conserva utilizando vainas de nopal y frutas locales. Para Ana Gabriela, cocinar no solo preserva la memoria de sus ancestros, sino que mantiene vivos sus afectos. “Mi abuela no daba abrazos, pero nos llenaba el plato. Esa era su forma de decir ‘te quiero’”, recuerda con emoción. ana_gabriela_de_anda_orgullo_de_la_cocina_tradicional_de_aguascalientes.jpg La cocina de campo de Ana Gabriela de Anda La propuesta culinaria de Ana Gabriela de Anda se define como “cocina de campo”, un concepto que refleja el respeto por los ingredientes del entorno y las tradiciones rurales de Aguascalientes. Vive en una comunidad agrícola donde la naturaleza dicta el ritmo de la cocina. Sus principales ingredientes provienen del sistema Milpa, del nopal, la tuna, el maguey y la vaina de mezquite, elementos que considera pilares del sabor regional. El mezquite ocupa un lugar especial en su cocina, no solo como ingrediente, sino como símbolo de resistencia y abundancia. De él prepara mole dulce, jarabes y condimentos que integran sabores profundos y naturales. Según explica, la vaina del mezquite se deshidrata de forma natural, permitiendo su conservación durante todo el año. Este proceso forma parte de la Ruta del Mezquite, un festival comunitario que promueve el aprovechamiento sostenible de este árbol y su valor gastronómico. Ana Gabriela sostiene que respetar los sabores originales es un principio básico de su cocina. “La cocina no se para, se adapta. Pero siempre debemos honrar la naturaleza de lo que cocinamos.” Su filosofía se alinea con los valores de la cocina tradicional mexicana reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, donde el uso de productos locales, la transmisión oral y la conexión espiritual con los alimentos son esenciales. gabriela_de_anda_orgullo_de_la_cocina_tradicional_de_aguascalientes.jpg Platillos emblemáticos de la cocina de Ana Gabriela de Anda Entre los platillos emblemáticos que prepara, el mole ocupa un lugar de honor. Ana Gabriela lo describe como un alimento que hermana a todo México, pues cada familia tiene su propia versión transmitida de generación en generación. Su “mole de presentación” es un mole dulce de mezquite, receta que combina ingredientes del campo con técnicas ancestrales y que ha sido reconocido en festivales gastronómicos nacionales. En contraste, el condoche representa el espíritu comunitario de Aguascalientes. Este platillo ancestral consiste en una gordita de maíz nixtamalizado preparada con manteca de cerdo, leche agria y piloncillo con coco o jarabe de mezquite. Su elaboración requiere trabajo colectivo y se hornea en barro, un método tradicional que intensifica los sabores y simboliza la unión entre las mujeres del pueblo. El condoche tiene un valor especial durante el Día de Muertos, cuando las familias se reúnen para cocinarlo como ofrenda. Ana Gabriela explica que su preparación comienza meses antes, con la cosecha y conservación de la vaina de mezquite, demostrando la estrecha relación entre los ciclos agrícolas y la cocina tradicional. “Es un platillo que habla del tiempo, del trabajo compartido y del amor que ponemos en alimentar a los nuestros”, afirma. ana_gabriela_de_anda.jpg Estos dos platillos (el mole y el condoche) condensan la esencia de la cocina mexicana: diversidad, memoria y comunión. Ambos forman parte de la identidad gastronómica de Aguascalientes, un estado cuya cocina rural, aunque menos difundida, encierra una riqueza de sabores y técnicas dignas de reconocimiento nacional. Uno de los mayores retos que enfrenta Ana Gabriela de Anda es transmitir los saberes tradicionales a las nuevas generaciones. En su experiencia, no basta con enseñar recetas; es necesario despertar un genuino interés por la cultura alimentaria y el sentido de pertenencia. “La cocina se enseña de corazón a corazón”, dice, convencida de que cada platillo lleva una carga emocional y espiritual que debe preservarse. También reconoce la necesidad de adaptarse a los tiempos modernos, aprovechando la tecnología para documentar y compartir los conocimientos que antes se transmitían solo de forma oral. Sin embargo, insiste en que la esencia no debe perderse: “Podemos grabar videos o subir recetas a internet, pero si no cocinamos con amor, nada de eso tiene sentido.” En su visión, la cocina mexicana debe seguir siendo un espacio de encuentro y orgullo. Considera que ingredientes sencillos como la tortilla, la salsa y los frijoles son los pilares de la mesa mexicana, símbolos de una tradición que alimenta el cuerpo y el alma. “La comida sana, no solo porque nutre, sino porque reconforta el espíritu. Un caldito de pollo puede curar más que un medicamento”, asegura entre risas. ana_gabriela_de_anda_orgullo_de_la_cocina_de_aguascalientes.jpg Ana Gabriela de Anda se siente profundamente orgullosa de portar el legado culinario de su estado. Su labor va más allá de cocinar: representa una defensora del patrimonio alimentario local, una embajadora de los ingredientes ancestrales y una voz que impulsa el reconocimiento de las cocineras tradicionales en México. En eventos gastronómicos, su presencia refleja no solo la calidad de su cocina, sino su compromiso con la preservación de una cultura que considera sagrada. Inspirada por figuras como Marta Soledad, de Mujeres de Humo de Veracruz, ha comprendido que cada cocinera tradicional es también una guardiana del territorio y de la memoria colectiva. Para ella, la cocina mexicana puede resumirse en tres palabras: “Madre, raíz, orgullo”. Cada receta es un acto de amor, cada ingrediente una herencia y cada platillo un lazo que une generaciones. Con pasión y respeto, Ana Gabriela continúa demostrando que en los fogones del campo mexicano sigue viva la historia de un país entero. No te pierdas este video: Contenidos Relacionados: ¿Qué son las cocineras tradicionales? Guardianas de la gastronomía mexicana Principales platillos de la cocina tlaxcalteca Diferencias entre mayoras y cocineras tradicionales en la gastronomía mexicana 32 grandes cocineras de todo México, comida de todo el país en un solo lugar ¿Qué es la cocina tradicional mexicana? Historia, técnicas y platillos típicos Principales platillos de la cocina de Aguascalientes: tradición y sabor