Afición del Estrasburgo, en huelga antes de jugar contra el PSG

Carlos Barrón La historia del Racing de Estrasburgo es de esos cuentos de éxito que rara vez son creíbles en el futbol internacional. Fue un equipo que cayó hasta la quinta división y su actual dueño, Marc Keller, lo compró por un dolar. Ahora ha regresado a competencias europeas (Conference League) y es tercero en el campeonato francés... y por cierto, el viernes enfrenta al París Saint-Germaín. Sin embargo, su afición está a disgusto y ha lanzado la advertencia de ponerse en huelga si no se conserva el ambiente modesto y humilde de un equipo que ha soportado el avasallamiento de las malas administraciones y los fracasos por igual, un caso atípico de fidelidad a la identidad que en estos tiempos modernos no se expresa con facilidad. Les ha molestado que fueron vendidos a BlueCo, un consorcio que pertenece al Chelsea y que según esta fanaticada, los ve como una granja de experimento y no como un club de futbol sólido. El Racing Club de Estrasburgo, de la localidad de Alsacia, pretende mantener el recital de tradiciones que han perfeccionado el cariño de una comunidad por su equipo, más allá de los buenos o malos resultados. Tiene 119 años como club de futbol, un título de liga en 1979 y el recuerdo de haber tenido en sus filas a Arsene Wenger como jugador. En 2011 se declaró en quiebra y cayó en una zanja que parecía no tocar tierra hasta que se asentaron en la quinta división. Keller compró las acciones en un dólar y comenzó la reconstrucción para que, en 2023, lo vendiera a BlueCo, un consorcio del Chelsea que les envio tres jugadores para esta temporada. Pero en el club los aficionados no están conformes con el trato. Según han revelado a Telegraph Sport, el Chelsea y el emporio económico los ve como una granja para formar jugadores y no para competir. El Estrasburgo es tercero en la Ligue 1 y ganó su primer duelo de Conference League al Slovan Bratislava como visitantes. "Nos gusta que el equipo obtenga buenos resultados, pero los resultados no lo son todo para nosotros, de lo contrario no hubiéramos apoyado al club cuando estábamos en la quinta división”, mencionan sus fanáticos. La administración del Estrasburgo defiende la inversión hecha que los ha llevado a construir un estadio de 180 millones de euros y volver a competencias europeas. Dice Keller que no son una filial del Chelsea, sino "clubes hermanos que se ayudan mutuamente", y que la mayoría de la afición los apoya. Sin embargo, en el último partido ante el Angers en casa, una zona de la afición llevaba pancartas con la leyenda 'BlueCo out' que no pudieron mostrar porque fueron intervenidos por la seguridad del estadio, lo que muchos consideraron como una prohibición a la expresión. Sienten que el club cada vez más se pierde de sus manos y que ha pasado a tomar la identidad que los dueños de Estados Unidos quieren. Por lo pronto, en uno de los partidos más importantes del año, la afición pudiera tomar la negatividad de apoyar, si las cosas se mantienen igual, entre el progreso olvidando las bases, o el fracaso con las tradiciones pegadas al corazón. Contenidos Relacionados: Chelsea agudiza la crisis del Liverpool con golazo agónico Dura derrota para Orbelín Pineda en Conference League PSG deja escapar su ventaja ante el Estrasburgo