Esa vida que desea III. Elegirse

No hay mejor medida de lo que una persona es que lo que hace cuando tiene completa libertad de elegir . William M. Bulger Elegir lo es todo. Es nuestro derecho legítimo y más cuando de nuestra vida se trata. La vida no admite cegueras voluntarias ante ese poder. Y lo elemental de ese derecho y de ese poder es que aprendamos a hacerlo desde el lugar correcto, ese lugar que nos permita elegir lo que mejor nos conviene. Y lo que nos conviene —sin ningún otro matiz— es básicamente aquello que nos ayude, nos haga bien y que nos impulse a estar en equilibrio y armonía con nosotros mismos y nuestro propósito. Para la gran mayoría, saber cuál es la vida que se desea resulta sencillo. Liberar la mente en el universo de las posibilidades y fantasías resulta una experiencia placentera y casi siempre estacionaria en el eje de lo material… lo interesante, y lo que debería ser prioritario en esa elección sería proyectar también en quién le convierte a uno esa vida ideal. Sí, mi querido lector… porque no basta con saber qué vida es la que se desea, sino en quién le convierte a uno esa vida y si estamos dispuestos a trabajar para transformarnos en esa persona capaz de dirigirla hacia el lugar al que aspiramos. Se lo he dicho y lo reitero… su vida le necesita a usted. Elegirse ha de ser su primera y última elección. Elegirse significa ser para usted, poner su bienestar, su verdad y su paz interior por encima de la necesidad del ser para otro, del agradar, complacer, encajar o pertenecer. Es un acto de sobrevivencia y de supervivencia que nada tiene que ver con el egoísmo, sino con el derecho a la vida. Es el acto de respeto hacia uno mismo que más nos debemos, ese respeto hacia el amor propio y la autenticidad de cada uno, es reconocer nuestro valor y actuar en coherencia con lo que realmente somos, sentimos, pensamos y el universo potencial que coexiste en nuestras posibilidades de ser. Y, ante ese enorme reto que nos impone la vida de elegirnos para saber elegirla, es condición sine qua non que nos conozcamos a nosotros mismos; nadie puede amar lo que no conoce y ése es otro reto titánico… el ir haciendo visible lo invisible, ya sea porque no lo conocemos o bien, porque nos hemos negado a conocer. La vida es tan bella o tan miserable según la medida proporcional con la que seamos capaces de desarrollar ese amor hacia nosotros mismos y, en consecuencia, es igualmente proporcional con la vida que elegimos vivir. El autoconocimiento es la antesala del poder de elección que tenemos sobre nosotros mismos, es el primer eslabón al que debemos enfocar todo aquello que deseamos: quien soy, quien quiero ser, como quiero sentirme, como quiero vivirme… Eso es algo que no podemos dejar en manos de nada ni de nadie, ése es y siempre será nuestro máximo poder: el ser imperturbable ante cualquier agente externo y ser capaz de automodularnos ante lo propio. Es la obra de arte más enigmática que tenemos cada día, el ser capaz de fascinarnos por y con nosotros mismos. Se lo digo porque, si revisa su historia y otras tantas, verá cuántas de ellas se pierden en ese detalle y cuántas siguen esperando que algo o alguien venga a resolver en su vida y en sí mismo lo que, a todas luces, siempre será imposible, injusto e innecesario. El concepto de uno mismo es de uno mismo, y nuestra primera responsabilidad personal es atender nuestras propias necesidades, ésas que sólo uno conoce, ésas que nos permiten ser y vivir con la libertad de elegir sobre nosotros mismos y nuestra vida. Piénselo… cualquier dependencia que tenga que ver con su ser le hará esclavo y nunca libre. Si usted no desarrolla la habilidad de amarse, comprenderse, transformarse, respetarse, limitarse, expandirse, sanarse… o definirse, simplemente no será… Por eso, mejor atrévase a elegirse desde ese lugar, atrévase a ver en usted las luces y las sombras y a trabajar en consonancia con ellas para ponerlas al servicio de esa vida que desea. Créame… ésa es su mejor oportunidad… quien usted elija y decida ser. Como siempre, usted elige. ¡Felices deseos, felices vidas! Columnista: Paola Domínguez Boullosa Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0