"Mucho olor a muerto": familia de Poza Rica narra su experiencia tras la inundación por el desbordamiento del río Cazones en Veracruz

Alrededor de las cinco de la mañana del 10 de octubre, luego de días de intensas lluvias en Veracruz, el señor Víctor Barragán y su familia notaron un comportamiento inusual en el río Cazones. La circulación del agua en el sentido contrario al usual sólo significaba una cosa: la ciudad estaba por inundarse.Veinte minutos fueron suficientes para que el agua cubriera la mitad de la planta baja de su hogar en La Floresta, un fraccionamiento de Poza Rica ubicado a poco más de 300 metros del cuerpo de agua cuyo desbordamiento convirtió al norte del estado en una zona de emergencia.​En entrevista para MILENIO, la familia Barragán narró cómo se vivieron las primeras horas del desastre y el impacto que las inundaciones tuvieron no sólo en su cotidianidad inmediata, sino en sus proyectos de vida.Un rescate que se viralizó en redes socialesEl 11 de octubre, una de las hijas de Víctor compartió un video en TikTok que mostraba a su padre nadando entre las calles para llegar a la casa donde estaban su hija y sus nietas. En cuatro días, la grabación llegó a cuatro millones de visualizaciones en la plataforma.Desde que observó el nivel que había alcanzado el agua, Janeth —esposa de Víctor— subió a la azotea de su hogar para tratar de comunicarse a gritos con su hija Esmeralda y sus nietas, de 11 y 14 años de edad, cuyo domicilio se ubica a dos cuadras de distancia.Pasada la una de la tarde del 10 de octubre, Víctor tomó la decisión de arrojarse al agua en medio de la inundación para rescatar a sus familiares."Me subí a un transformador para brincarme la barda y me fui caminando río arriba, calculando que a la hora en que me aventara a nadar, me guiara hacia un poste en donde ya me estaba esperando un sobrino. Cruzamos el arroyo y caminamos esas dos cuadras agarrados de las rejas de las casas", narró el pozarricense en entrevista con MILENIO.En medio de aquella travesía, Víctor le pidió ayuda a un hombre que llevaba una lancha para llevar a su hija y sus nietas a una ubicación más segura. "Al señor de la lancha no lo conozco, pero quiero mandarle todo mi agradecimiento", mencionó durante la charla.Una inundación que arrasó son sus proyectos de vidaHasta antes de la catástrofe, Víctor tenía un taller de torno y soldadura, mientras que su hija Esmeralda mantenía a su familia gracias a un negocio de antojitos, instalado en la parte baja de la casa que rentaba."Ambos negocios quedaron inundados, son pérdida total. La mercancía, maquinaria, equipos, computadoras, producto terminado, todo quedó inservible", externó Víctor al conversar con esta casa editorial.Él aspira a que, como ocurrió durante la emergencia sanitaria por Covid-19, las microempresas y negocios familiares reciban algún tipo de apoyo gubernamental para reanudar sus actividades lo antes posible."Yo tenía en ese negocio mi plan de jubilación, yo estaba produciendo piezas para tenerlas listas para la venta y retirarme [...] No se va a poder porque esas 922 piezas que estaban ahí se echaron a perder, les entra el agua y se oxidan. A cuatro días están llenas de lodo, no se van a recuperar y eso es un verdadero problema, es toda una vida de trabajo", lamentó Víctor.En este contexto, Esmeralda ha comenzado a evaluar la alternativa de mudar temporalmente su negocio de comida a una zona menos afectada, ya que los ingresos de su local eran lo que le permitía sacar adelante a su familia."En mi negocio lo perdí todo. Yo vendo comida, vendo antojitos por la noche y estoy viendo la manera de irme a donde la catástrofe no fue tan grande para vender eso que levantaba a mi familia para poder subsistir estos días y empezar con lo que pueda, a lo mejor con cosas prestadas o donadas, pero empezar ya donde sea, porque la estamos pasando muy cañón", apuntó Esmeralda.Ausencia de alertas y una débil cultura de la prevención: factores clave en la tragediaEl miércoles 8 de octubre, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) identificó lluvias torrenciales que superaron las precipitaciones esperadas para todo el mes, por lo que se recomendó dar seguimiento a la evolución en el nivel de los ríos y arroyos.Al día siguiente, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, reconoció que el río Cazones "se desbordó ligeramente" y aseguró que el tema era atendido por personal de Protección Civil.Sin embargo, de acuerdo con los testimonios de la familia Barragán, en ningún momento se emitió un aviso para que la población evacuara la zona ante el crecimiento del río."Una alerta sería que anduvieran las patrullas en las colonias con la sirena abierta o con altavoces diciendo que nos tenemos que salir. Cuando salimos a ver el arroyo alcanzamos a ver dos unidades de Protección Civil y cuando tratamos de acercarnos a preguntarles se fueron. No andaba como tal avisando que nos teníamos que salir", narró Víctor.Por otro lado, el señor Barragán opinó que la cultura de la prevención es un asunto pendiente de trabajar para la comunidad y las autoridades de Poza Rica."No la tenemos, nos imaginamos cosas que no son, pensamos que no va a haber inundaciones o que no va a pasar nada y eso es lo que nos llevó a que haya habido tantas desgracias. Yo sugiero que seamos más unidos en ese tema", consideró."Poza Rica es un pueblo solidario"Al narrar su experiencia durante los días posteriores a la inundación, Víctor Barragán y su familia coinciden en que este tipo de tragedias hacen evidente el carácter solidario de la comunidad en Poza Rica.Igualmente, reconocieron la labor que han realizado autoridades de distintos niveles de gobierno para atender a la población damnificada.Víctor señaló haber recibido el apoyo de una brigada de 12 personas del Ayuntamiento de Papantla, mientras que Esmeralda observó la participación de al menos tres decenas de trabajadores del gobierno estatal con maquinaria y herramientas para retirar el lodo en La Floresta.Adicionalmente, desde el 13 de octubre avistaron la llegada de personal de la Secretaría de Marina y el Ejército Mexicano que se sumó a las labores para permitir que las y los habitantes del fraccionamiento puedan regresar, paulatinamente, a sus hogares.Debido a la inundación, Víctor y su familia tuvieron que alojarse en una zona menos dañada del municipio, a la cual llaman "el Poza Rica bonito"."Hay dos Poza Ricas en este momento. Ahorita estamos en el Poza Rica bonito. El otro, el que pocos ven, está devastado. No hay nada, no hay economía, no hay negocios. Hay lodo, mucha agua, mucha basura, mucho olor a muerto, animales quiero suponer, personas quizá también. Es caótico", sentenció.BM.