“Para Mario, de su descuartizado, desmenuzado y desenmascarado hermano”, se lee en la dedicatoria firmada por Gabriel García Márquez en 1972 al ejemplar de Cien años de soledad del escritor Mario Vargas Llosa (1936-2025).Cuando el Premio Nobel donó su valiosa biblioteca a Arequipa, solo puso una condición: que los libros que él anotó y subrayó no se mostraran al público hasta después de su muerte.En entrevista con MILENIO, Alfredo Herrera, director de la biblioteca Mario Vargas Llosa, abrió por primera vez las páginas del libro que estuvo en una vitrina por más de diez años en el marco del X Congreso Internacional de la Lengua Española que transcurre en Arequipa, Perú.“Mario Vargas Llosa compra Cien años de soledad, lo lee, realiza anotaciones, lo estudia y hace su tesis para doctorado en la Universidad Complutense de España. Luego de eso, Gabo y Mario se hacen amigos, tienen una amistad profunda y un día, Vargas Llosa le muestra el libro a su amigo; subrayado y anotado, y sobre eso García Márquez le pone la dedicatoria que todos conocemos”.El ejemplar estuvo en la biblioteca del escritor peruano hasta que gana el Premio Nobel de Literatura y dona su biblioteca personal a Arequipa, ciudad donde nació.“Nosotros la conservamos y él pidió que los libros con anotaciones y comentarios no se abrieran mientras él estuviera vivo. De hecho, otras obras tienen comentarios de repente un poco más duros, o mucho más afectuosos. Lamentablemente, don Mario falleció en abril de este año, y ya nos corresponde dar el siguiente paso, que es abrir los libros que tienen anotaciones y comentarios”, agrega el entrevistado.El ejemplar que se exhibe en Arequipa desde el 14 de octubre, al final de sus páginas, tiene la máxima calificación que existe en Perú, que es 20, puesta por Vargas Llosa, y hay dos diagramas de la genealogía de los Buendía, entre otras sorpresas.“Hay comentarios respecto a los diálogos, que son pocos en la novela. Los capítulos del libro no están numerados, pero Vargas Llosa los ha numerado. Al margen hay comentarios, y muchos de ellos tienen una relación con otras obras literarias, que seguramente para Vargas Llosa han sido una referencia. Entonces, todos esos detalles ya significan una lectura mucho más rigurosa, especial”, explica el director del espacio.El entrevistado dice que Mario Vargas Llosa leyó dicho libro con la minuciosidad de un crítico y la pasión del novelista, como si dialogara con Gabriel García Márquez, “y ordenó que ese diálogo secreto permanecería oculto hasta después de su muerte”.La biblioteca Mario Vargas Llosa le dedicó tres espacios: uno donde hay libros con anotaciones o dedicatorias de sus autores; el segundo es donde el medallero del escritor y los libros que hasta hoy estaban cerrados.“La tercera sala contiene libros que se han escrito en honor a Mario Vargas Llosa, ediciones en más de 30 idiomas; todo ese legado cultural para nosotros es muy importante y estamos en una etapa muy importante, que es entrar a abrir estos libros, estudiarlos y ponerlos a disposición, especialmente de los investigadores y del público. Esperamos encontrarnos con muchas más sorpresas a lo largo de todo lo que viene, y eso también refleja un poco el espíritu, no solo del lector serio que fue Mario Vargas Llosa, sino el alcance universal que ha tenido a través de esa mirada con los libros”, explica.Cuando Mario Vargas Llosa entregó su biblioteca, lo hizo de manera ordenada y les puso una sobrecubierta para cuidarlos.“Nosotros los hemos catalogado, pasado a las vitrinas y están ahí con una mirada museográfica. Pero ahora, tendremos que entrar a la etapa investigativa para poder acceder a estos comentarios, a estas lecciones que seguramente Vargas Llosa ha asumido también de otros escritores”, comenta.La biblioteca Mario Vargas Llosa tiene aproximadamente 22 mil ejemplares de la colección del Premio Nobel, además de su colección de hipopótamos, medallas, diplomas de honoris causa y algunos manuscritos de ciertas novelas.“Un detalle que enriquece nuestra biblioteca es que, después de que Vargas Llosa hace la donación de su biblioteca, otras familias y artistas arequipeños, también donan sus libros, lo que enriquece la biblioteca, que actualmente alcanza unos 55 mil ejemplares en total. Creo que una de las grandes lecciones de Mario Vargas Llosa, quien nació en Arequipa, pero no vivió aquí, es que dejó a su ciudad natal su legado más importante, creo que es un valor muy especial, y esa es la riqueza que se tiene que estudiar ahora”, dice.Alfredo Herrera revela que ahora, el ejemplar de Cien años de soledad y otros libros que los investigadores requieran van a tener que pasar un pequeño protocolo bibliográfico con todos los cuidados que corresponden.Finalmente, el director de la biblioteca Mario Vargas Llosa adelantó que “no sabemos cuál es el próximo libro que se va a abrir, pero les adelanto que hay otras novelas de Gabriel García Márquez también anotadas por Vargas Llosa, pero ya veremos”.PCL