“No hay cirujanos falsos, eres cirujano plástico o no lo eres”, advierten expertos

En México, más de 20 mil personas ejercen la cirugía plástica sin certificación ni regulación alguna, una cifra que revela la profunda crisis ética y de seguridad que atraviesa uno de los sectores médicos más lucrativos y menos fiscalizados del país, informó Luis Fernández de Córdova, especialista egresado de la Universidad de Westhill y con formación en cirugía plástica, estética y reconstructiva por la Universidad Federal do Estado do Río de Janeiro.Se trata de un problema severo que exige la intervención del gobierno federal para que rompa con el cerco de intereses que impide una depuración real del gremio.“En México solo existen 2 mil 690 cirujanos plásticos certificados, mientras más de 25 mil personas sin especialidad realizan procedimientos estéticos en clínicas que no cuentan con aval sanitario”, advirtió Fernández de Córdova. “El problema no es solo de salud pública, sino de corrupción: asociaciones que operan como clubes cerrados y deciden quién puede o no ejercer según conveniencias internas, no con base en la ley”.Víctimas y negligencia impuneLos casos abundan y escandalizan. El de Paloma Nicole, una joven que perdió la vida tras una cirugía estética, es el ejemplo más doloroso de ese vacío regulatorio. “Casos como el de Paloma Nicole no deben repetirse. Si existiera una certificación obligatoria y verificable, muchas tragedias podrían evitarse”, afirmó el cirujano, quien subrayó que la Cofepris exige que todo consultorio tenga visible su título profesional, aviso de funcionamiento y certificado de especialidad, documentos que la mayoría de las clínicas improvisadas no poseen.En su exposición, el médico comparó la situación con la aviación: “Nadie puede subirse a un avión sin licencia de piloto. En cambio, en México cualquiera abre una clínica, toma un bisturí y empieza a operar”.Títulos falsos y escuelas fantasmaLa crisis se agrava con la proliferación de títulos apócrifos y maestrías inexistentes. “Allá afuera de la SEP te venden cédulas y títulos falsos”, denunció. Investigaciones periodísticas y testimonios recogidos en conferencias apuntan a universidades privadas que otorgan “maestrías” en cirugía estética que no están reconocidas por la autoridad sanitaria, y cuyos egresados representan, según cifras extraoficiales, casi 60 por ciento de las muertes derivadas de mala práctica en procedimientos estéticos.Fernández de Córdova reconoció haber cursado parte de su formación en una de estas instituciones, pero aclaró que posteriormente completó su especialización en Brasil bajo un programa oficial reconocido internacionalmente. “No estoy pidiendo que se reconozcan maestrías inexistentes, sino que se defienda la autonomía de los consejos certificados y que se legisle con claridad para eliminar los vacíos que hoy permiten el ejercicio ilegal de la cirugía plástica”.Urgencia de una ley protectoraEl artículo 81 de la Ley General de Salud, vigente desde 2018, establece que la certificación ante el CONACEM es requisito indispensable para obtener la cédula de especialista. Sin embargo, la norma se aplica de manera irregular y con amplias zonas grises. “El Estado mexicano debe garantizar que nadie pueda operar sin una certificación oficial, como ocurre en otros países. La salud y la vida de los pacientes no pueden depender de la voluntad de asociaciones privadas”, enfatizó.El especialista también pidió que el Congreso legisle de forma diferenciada las intervenciones reconstructivas y estéticas, especialmente en menores de edad. “Prohibir de manera general las cirugías en adolescentes sería un error, porque afectaría a quienes requieren reconstrucciones por malformaciones congénitas. Pero sí deben prohibirse los procedimientos puramente estéticos antes de los 18 años”, explicó.Un problema que trasciende la estéticaLa expansión descontrolada de clínicas ilegales ha generado una “epidemia de bisturíes sin control” que ya deja víctimas cada semana. “No hay cirujanos falsos o verdaderos, eres cirujano plástico o no lo eres. Es así de simple”, sentenció Fernández de Córdova. “Necesitamos fortalecer al gremio y al Estado para que la libertad profesional nunca ponga en riesgo la seguridad de un paciente”.Su denuncia revive el debate sobre una deuda pendiente del sistema sanitario mexicano: la necesidad de colocar la ética y la certificación profesional por encima del lucro y las redes de poder, en un país donde la belleza, literalmente, puede costar la vida.Corrupción, amiguismo y vacío legalFernández de Córdova señaló directamente a la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER) por bloquear exámenes de certificación y actuar como una estructura de poder gremial. “El AMCPER se ha convertido en un club de Toby que se mueve por amiguismos. Apoya a quienes pagan cuotas y cierra las puertas a otros profesionales. Eso alienta la apertura de clínicas irregulares y deja a los pacientes expuestos”, sostuvo.Según Fernández de Córdova, el Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas (CONACEM), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud (SSA) deberían ser las únicas instancias con autoridad para otorgar y validar certificaciones. En la práctica, dijo, “la falta de autonomía y la presión de ciertos grupos han permitido que cirugías de alto riesgo se realicen en condiciones precarias, con consecuencias fatales”.LP