¿Cómo limpiar la cisterna de mi casa? Adiós al agua sucia de forma segura

Fabiola Barrera ¿Hace cuánto que no se lava la cisterna de tu casa ? Si la respuesta es que ya no te acuerdas, urge que aprendas a hacerlo de forma seguridad con esta guía paso a paso. Limpiar una cisterna no es un lujo: es una necesidad. El agua es un bien esencial, y muchos hogares dependen de cisternas para almacenar el abastecimiento diario. Pero si esa cisterna no se limpia adecuadamente, puede convertirse en un foco de contaminación que afecta la salud y la calidad del agua que usamos para cocinar, bañarnos o lavar. Al igual que sucede con el tinaco , es fundamental llevar a cabo una limpieza periódica de la cisterna; necesitas conocer los riesgos que implica no hacerlo, cuándo es el momento adecuado para intervenir, cuál es la frecuencia recomendada y cómo detectar señales de contaminación. ¿Por qué es esencial limpiar la cisterna? Las cisternas están expuestas a polvo, sedimentos, hojas, insectos, algas, bacterias y otros contaminantes que pueden ingresar desde la entrada de agua o por microgrietas estructurales. Con el tiempo, esos residuos se depositan en el fondo y las paredes del tanque, poniendo en riesgo la pureza del agua. Si no se limpian con frecuencia, esas partículas pueden provocar proliferación de microorganismos patógenos como E. coli, salmonella u hongos, que generan enfermedades gastrointestinales, dermatológicas y otros trastornos. Además, la acumulación de sedimentos y limo reduce la capacidad útil del tanque, puede dañar bombas o tuberías y acelerar el deterioro estructural. ¿Cada cuánto debe limpiarse una cisterna? La recomendación, de acuerdo con el Gobierno de México , es hacer una limpieza completa del tinaco y cisternas al menos cada seis meses, es decir, dos veces al año. Esta frecuencia aplica para hogares con condiciones estables, sin grandes niveles de contaminación ambiental ni problemas de suministro. En algunos casos, cuando el agua tiene mucha turbidez o la cisterna se usa intensamente, puede requerirse una limpieza más frecuente. También se sugiere que la primera limpieza se realice tres meses después de la instalación o primer uso del tanque. ¿Cuándo conviene contratar un servicio profesional? Si tu cisterna es de gran tamaño, está muy profunda, tiene sellos dañados, presenta grietas estructurales o la acumulación de residuos es excesiva, podría ser más seguro contratar un servicio profesional especializado. Ellos cuentan con equipo especializado como bombas de alta capacidad, soporte técnico para espacios confinados y técnicas de desinfección industrial. Cómo limpiar la cisterna paso a paso: Materiales: Guantes de hule / nitrilo Cubetas o recipientes resistentes Cepillo de cerdas duras o brocha larga Escoba o jerga vieja Manguera (con presión moderada) Detergente neutro o jabón suave Cloro comercial Agua limpia para enjuagar Cubrebocas (opcional) Lámpara o linterna (para ver zonas oscuras) Escalera o elemento de seguridad (si el tanque es profundo) Toalla o paño limpio Preparación: Corta el suministro de agua que alimenta la cisterna para evitar que se llene mientras haces la limpieza. Extrae la mayor cantidad de agua posible (por medio de bombas, baldes o manguera), dejando solo unos 10 a 15 cm de nivel (tirante). Si la cisterna está conectada a una bomba o switch, desconéctalos para evitar accidentes eléctricos al ingresar. Limpia la tapa exterior y zona superior del tanque para evitar que polvo o partículas caigan adentro mientras haces la intervención. Usa guantes, mascarilla si es necesario y asegúrate de buena ventilación si entrarás al interior del tanque. Con un cepillo de cerdas duras o brocha, tallar cuidadosamente paredes, esquinas, juntas y fondo. Haz énfasis en las zonas donde veas limo, moho o acumulaciones. Usa una escoba o jerga para juntar el lodo desprendido hacia el centro o hacia una zona de desalojo para extraerlo. Con una manguera de presión moderada, enjuaga las superficies para remover los restos sueltos. Repite este enjuague varias veces hasta que el agua que sale esté más clara. Agrega cloro a una proporción adecuada con agua limpia; puedes usar 1 litro de cloro por cada 1,000 litros de agua al dejar un nivel de 15 cm de tirante. Talla durante 10 minutos. Con ayuda del cepillo, aplica la solución clorada sobre todas las superficies: paredes, techo, piso y juntas. Deja actuar 10 a 30 minutos, dependiendo de la concentración utilizada. Después del tiempo de exposición, enjuaga con abundante agua limpia hasta que no queden residuos de cloro perceptibles. En ocasiones es necesario vaciar y volver a llenar parcialmente para repetir el enjuague. Vacía toda el agua clorada residual con baldes, manguera o bomba. Es importante no dejar cloro concentrado dentro, pues puede contaminar el agua posterior. Verifica que no haya manchas persistentes, residuos, grietas o zonas comprometidas. Comienza a llenar la cisterna nuevamente con agua limpia. Permite que algo de agua fluya hacia las llaves del hogar hasta que el agua salga clara, sin olor a cloro fuerte. Para mantener la calidad del agua, algunas autoridades sugieren colocar una dosis residual de cloro leve (por ejemplo, 1 cucharada de cloro por cada 1,000 litros) como mantenimiento preventivo. Asegúrate de que la tapa del tanque esté bien sellada para evitar ingreso de polvo, insectos u otros contaminantes. 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