‘La Ceiba Gráfica’ cumple 20 años y lo celebra con una exposición en el FIC

Juan Carlos Talavera No todo esfuerzo para crear espacios y eventos culturales en México tiene que depender de una alta inversión”, dice a Excélsior el artista sueco Per Anderson (Malmö, 1946), creador del proyecto La Ceiba Gráfica , que cumple 20 años de vida y lo celebra con una exposición colaborativa en varios recintos guanajuatenses, dentro de la 53 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC). Dicho taller, que resguarda poco más de 3 mil obras de artistas como José Luis Cuevas, Fernando Castro Leñero, Francisco Toledo, Gilberto Aceves Navarro, Irma Palacios y Demián Flores, entre muchos más, ha demostrado que la calidad, el bajo costo y el conocimiento autodidacta no están peleados. Per Anderson cuenta que arribó a Veracruz en 1974, con una idea en mente: compartir su conocimiento sobre litografía con jóvenes dispuestos a crear. Pronto descubrió que no sería tan fácil, debido a los costos del papel, las tintas y las máquinas, así que decidió buscar soluciones. Descubrí que todas las herramientas y productos que se necesitaban para hacer litografía en México eran importados e inaccesibles. Por ejemplo, la piedra litográfica debía traerse desde Alemania, las prensas se importaban desde Estados Unidos y las tintas debían comprarse en París o Chicago, al igual que el papel y los rodillos de cuero… ¡Todo a costos elevadísimos! Entonces, ¿qué sentido tenía enseñar algo que mis alumnos nunca iban a poder hacer? A la vuelta de varios años busqué soluciones para sustituir la piedra litográfica y así descubrí que podía utilizarse mármol mexicano”, detalla. Y lo mismo ocurrió con las prensas y las tintas, “aunque la parte más difícil fue hacer la producción de papel a mano. ¿Cómo concretó el proyecto? “Cuando iniciamos La Ceiba Gráfica, en 2005, ya teníamos una tecnología que respondía a opciones netamente mexicanas, a partir de mármol mexicano (originario de las canteras de Tatatila, Veracruz), prensas construidas aquí mismo, al igual que rodillos, tintas, e iniciamos la producción de papel, aunque eso me llevó 15 años desarrollarlo, en vez de lamentar que no nos alcanzaba la lana porque subían los costos”. ¿Todo comenzó con dos personas? “Iniciamos Martín Vinaver y yo, para lo cual ocupamos en comodato (con el gobierno local) la exhacienda de La Orduña, en Coatepec, la cual hemos ido restaurando. Hoy somos 20 personas que perciben su salario de las actividades que ahí se desarrollan a través de cursos, programas de residencias, venta de obra y de papel, que nosotros producimos. “Tenemos en el Museo Vivo del Papel –en Coatepec– el primer cultivo de México de la planta de kozo, que dio origen a la revolución del papel en China hace dos mil años… y así logramos lo imposible: crear 40 prensas litográficas con mármol mexicano y fabricar nuestro papel”, explica. ¿Cómo financian el proyecto? “Gracias a esta infraestructura tecnológica, creada y producida en México, ¿cuánto le cuesta al Estado? Nada. Incluso los 20 salarios son autosustentables y eso quiero decirle a la secretaria de Cultura federal (Claudia Curiel), que la creación de proyectos no es un problema de dinero, sino de concepto. Tú puedes generar enseñanza, producción, investigación, programas de residencias, producción de papel… y esto cambia por completo el futuro de la actividad. Por eso, no nos ha movido ni un pelo, pues no dependemos del gobierno estatal ni federal, y ése es mi mensaje para las autoridades culturales, que no se hagan depender de los productos importados o que la tarea consista en comprarlo todo; mejor que se lleven la pregunta con la almohada y encuentren respuestas para no ser el eterno consumidor, sino que seamos el productor”. Anderson recuerda que para lograr este proyecto fue necesario constituir una asociación civil sin fines de lucro, con una estructura sólida, apoyados en una economía familiar donde fabrican sus muebles y sus materiales. “Este taller se ha convertido en un espacio muy simpático y empático, donde artistas mexicanos y extranjeros encuentran una sabrosísima convivencia”. ¿Cómo enfrentan las nuevas tecnologías? “Si abandonamos la litografía sobre piedra y lo hiciéramos en términos del offset o impresión digital, pasando de una técnica a otra, no habría ganancia. Pero si transitamos sin perder los orígenes y acumulamos opciones, podríamos brindar fantásticos resultados”, concluye. cva Contenidos Relacionados: Celebran la belleza y la diversidad natural con exposición fotográfica Rafael Lozano-Hemmer prepara una exposición ambiciosa para México Inauguran exposición de José José con piezas de su colección privada, descubre dónde verla