Jessica Zamora Ramirez Dolor pélvico que no cede, sangrados intensos y dificultades para quedar embarazada son algunas de las señales que pueden esconder un diagnóstico común y a la vez complejo: endometriosis . Cuando los tratamientos médicos no son suficientes, la cirugía se convierte en una alternativa clave no solo para aliviar los síntomas, sino también para mejorar la calidad de vida e incluso recuperar la fertilidad. Te puede interesar: Medicina hormonal: ¿hasta dónde es sano tratar todo con anticonceptivos? ¿Qué es la endometriosis? De acuerdo con el portal especializado Reproducción Asistida , durante cada ciclo menstrual la capa interna del útero, llamada endometrio, crece para prepararse y recibir un posible embrión. Si no hay embarazo, ese tejido se desprende y se elimina a través de la menstruación. La endometriosis aparece cuando un tejido similar al endometrio crece fuera del útero, en lugares como los ovarios, trompas de Falopio, intestino, vejiga o peritoneo. Al igual que el endometrio , estos implantes responden a las hormonas del ciclo menstrual, lo que provoca sangrados internos, inflamación, dolor pélvico intenso y, en algunos casos, infertilidad. Se trata de una enfermedad hormonodependiente, es decir, influida por las hormonas del ciclo, principalmente estrógenos y progesterona. Los estrógenos, en particular, estimulan el crecimiento de las lesiones, aunque se han documentado casos incluso antes de la pubertad o en mujeres posmenopáusicas. Esto indica que las hormonas no son el único factor implicado en su desarrollo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la endometriosis afecta aproximadamente al 10 % de las mujeres en edad reproductiva en todo el mundo. A pesar de su alta prevalencia, sigue siendo una enfermedad poco diagnosticada y con un retraso medio de entre siete y 10 años desde la aparición de los síntomas hasta el diagnóstico confirmado. Te puede interesar: Endometriosis: ¿qué es, cuáles son los síntomas y qué lo causa? ¿Cuándo se recomienda operar la endometriosis? Señales, estudios y casos en que la cirugía sí ayuda La cirugía no es la primera línea de tratamiento, ya que antes suelen indicarse terapias médicas hormonales o analgésicas. Sin embargo, puede ser necesaria en casos de: Dolor pélvico crónico e incapacitante que no mejora con tratamiento médico. Endometriomas ováricos (quistes causados por endometriosis). Compromiso de órganos vecinos como intestino, vejiga o uréteres. Adherencias severas que limitan la función de órganos. Infertilidad asociada, cuando la cirugía puede mejorar el pronóstico. Según las guías europeas de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología , la cirugía debe ser conservadora, es decir, eliminar las lesiones preservando al máximo los órganos y la fertilidad. Además, recomiendan que sea realizada por equipos expertos en endometriosis profunda, lo que reduce riesgos de complicaciones y nuevas cirugías. En el ámbito de la fertilidad, indica que la cirugía puede mejorar las posibilidades de embarazo, especialmente en casos de endometriomas grandes. Sin embargo, también puede reducir la reserva ovárica, por lo que se recomienda individualizar cada caso y, en algunos, optar directamente por técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro (FIV). Las guías National Institute for Health and Care Excellence (NICE) también destacan que se puede considerar la cirugía incluso cuando las imágenes médicas no muestran lesiones claras, siempre que los síntomas sean persistentes y limitantes. Además, recomiendan planificar un tratamiento médico posterior para mantener los beneficios quirúrgicos y reducir la recurrencia. Te puede interesar: Licencia Menstrual en CDMX: ciclo escolar 2025-2026 sin dolor ni barreras Laparoscopia, excisión o ablación: en qué consisten y cuál ofrece mejores resultados La técnica más utilizada para tratar la endometriosis es la laparoscopia , una cirugía mínimamente invasiva que se realiza a través de pequeñas incisiones en el abdomen. Permite diagnosticar y tratar la enfermedad en el mismo procedimiento. Existen dos principales abordajes: Ablación: se queman o fulguran las lesiones visibles. Excisión: se extirpan por completo los implantes con sus bordes. Las guías ESHRE recomiendan la excisión para la enfermedad profunda o los endometriomas, ya que ofrece un mejor control del dolor y menor recurrencia que la ablación. La organización Endometriosis UK enfatiza que la laparoscopia realizada por equipos expertos permite tratar lesiones, quistes y adherencias en una sola intervención, reduciendo los tiempos de hospitalización y favoreciendo una recuperación más rápida. Riesgos, complicaciones y recuperación: tiempos, cuidados y señales de alarma Como toda cirugía, la operación para endometriosis conlleva algunos riesgos poco frecuentes, como: Sangrado. Infección. Lesión de órganos cercanos (intestino, vejiga, uréteres). Estos riesgos aumentan cuando la enfermedad es profunda o la paciente ya ha sido operada varias veces. Por eso, tanto NICE como ESHRE recomiendan acudir a centros especializados de alto volumen y contar con un equipo multidisciplinario que incluya ginecólogos, urólogos y cirujanos digestivos en los casos más complejos. La recuperación tras una laparoscopia suele ser más rápida que con una cirugía abierta. La mayoría de las pacientes recibe el alta en 24 a 48 horas y retoma sus actividades habituales en un plazo de 1 a 3 semanas, según la extensión de la intervención. Para mantener los beneficios, NICE aconseja complementar la cirugía con tratamiento médico posoperatorio (anticonceptivos hormonales o progestágenos) en pacientes que no buscan embarazo inmediato, ya que esto reduce la posibilidad de recurrencia y ayuda a estabilizar el dolor. Es fundamental conocer las señales de alarma tras la cirugía: fiebre persistente, dolor abdominal intenso que empeora, sangrado abundante o vómitos. Ante cualquiera de estos síntomas, se recomienda acudir de inmediato a valoración médica. La endometriosis es una enfermedad compleja, dolorosa y de gran impacto en la calidad de vida. La cirugía no siempre es necesaria, pero en casos graves o cuando las opciones médicas fallan, puede representar una herramienta eficaz para mejorar el dolor y, en algunos casos, la fertilidad. Gracias a los avances de la laparoscopia y al conocimiento acumulado en los últimos años, hoy la cirugía para endometriosis es más segura y efectiva, siempre que se realice en centros especializados y bajo un enfoque integral que combine técnicas quirúrgicas con seguimiento médico. Contenidos Relacionados: Tipos de cáncer ginecológico más frecuentes en mujeres: Cervicouterino y de Endometrio Endometriosis: ¿qué es, cuáles son los síntomas y qué lo causa? Día Mundial de la Endometriosis: ‘Es mucha desesperanza por todos lados’