El 17 de octubre se convirtió con el tiempo en un mito, gracias sobre todo a la ritualidad y el carácter sacro con que lo revistió el primer peronismo. En ese d a el pueblo trabajador y humilde, de manera espontánea, salió al encuentro del único que podía interpretarlo y conducirlo: Juan Domingo Perón. Hoy han pasado ya 80 años de aquella histórica jornada en los cuales el mito original fue vaciándose de su significación original y transformándose en un ejercicio de nostalgia.