Kepa Junkera es una entidad propia en la música vasca. Ha recorrido escenarios de todo el mundo tocando su trikitixa, acercando la tradición a nuevos públicos, haciendo de un lenguaje universal, como es la música, el nexo de unión entre una infinidad de artistas, aromas, tintes y culturas muy diversas. Su pasión por la música, se remonta a su niñez en Rekalde; ver a su aitite tocar con su vieja pandereta despertó su interés por las melodías populares. Allí, entre las calles de este barrio bilbaino en el que disfrutó su infancia y juventud, se encuentran las raíces de Junkera; un arraigo que le ha acompañado en todo su periplo y que le han definido como artista y persona.