Hiperconectados pero solos; 'las redes sociales moldean emociones': Elena Benítez

Lorena Rivera Estar conectado en todo momento en las redes sociales no significa haber creado un vínculo con otra persona. Esta interacción define esta época en la que millones de personas experimentan soledad en medio de la hiperconexión digital; las plataformas ofrecen recompensas afectivas —pertenencia, validación y compañía—, pero lo hacen mediante gratificaciones instantáneas que sustituyen la interacción genuina. Las redes sociales han dejado de ser canales de comunicación para convertirse en arquitecturas emocionales que condicionan cómo sentir, expresarse y construir intimidad, halló un nuevo estudio. Queríamos entender no sólo qué pasa en las redes, sino cómo y por qué. Descubrimos que muchas de nuestras emociones hoy se satisfacen digitalmente, incluso sin otro ser humano de por medio”, dijo en entrevista Elena Benítez, socia y fundadora de Gerundio, agencia especializada en diseño estratégico. Explicó que el estudio Descifrando la Yósfera: cómo se construyen las conexiones en la era digital, realizado por la agencia, plantea la tesis de que el diseño digital traza los vínculos humanos; cada botón, cada interfaz y cada algoritmo influyen en qué tipo de relaciones son posibles, cuáles se refuerzan y cuáles se vuelven inviables. Las necesidades de las personas siempre van a ser las mismas, pero cambia la forma en la que interactuamos con el entorno”, resaltó. “Lo que nos interesa es entender qué implicaciones tiene esto, cómo todos estos cambios digitales están afectando la manera en la que las personas hacemos las cosas, especialmente en nuestras relaciones personales”. El estudio define a la yósfera como la convergencia entre la identidad personal, la forma de expresión y la manera en relacionarse con las demás personas. Identificó seis arquetipos expresivos que sintetizan los patrones de comportamiento en redes sociales; éstos no dependen de la edad ni la generación, sino de las necesidades emocionales que cada persona busca satisfacer en el mundo digital. El aspiracional está en la búsqueda constante de la validación externa. “Véanme, llámenme, admírenme”, este perfil construye su identidad a partir de la reciprocidad digital, utiliza herramientas, como las publicaciones estéticas y visuales en Instagram para lograr estatus social. Su existencia gira alrededor de una imagen totalmente curada y proyectada para obtener aprobación pública, resumió Benítez. En el extremo está el transparente, busca autenticidad y profundidad. “Quiero rebotar ideas, conversemos”, este arquetipo utiliza las plataformas para crear conexiones genuinas, intercambiar puntos de vista y generar conversaciones significativas sin importar la aprobación masiva. El reservado privilegia la cautela y evita la sobreexposición, usa herramientas de privacidad como los mensajes directos. El abstracto prefiere la expresión simbólica y visual sobre lo literal. El romántico es el que documenta momentos importantes de su vida con carga emocional y nostálgica. Y el clasificado ejerce control riguroso sobre con quién se relaciona y qué comparte. No es que las plataformas usen los perfiles que nosotros definimos, pero encontramos que tienen muchas herramientas o funcionalidades diseñadas para cada uno de estos arquetipos”, aclaró Benítez. TikTok, por ejemplo, apela especialmente al perfil aspiracional, con dinámicas colaborativas y exposición recíproca, mientras que otras plataformas favorecen la interacción más íntima y selectiva. Para los generadores de contenido, esta dinámica se intensifica. Lo que proyectan está totalmente curado y diseñado para lograr objetivos específicos, hasta el punto en que la imagen pública diseñada termina convirtiéndose en parte de su identidad real. “Tu identidad personal se alimenta de la percepción de la gente en tus interacciones digitales”, dijo. Y cuando estás en el scroll infinito, date cuenta de que alguien diseñó eso para que tú sintieras de alguna forma o tuvieras ciertas emociones… Las redes prometen cercanía, pero las relaciones que generan son cada vez más superficiales”, recalcó. LAS NUEVAS REGLAS DEL JUEGO SOCIAL Hay cuatro características que definen las relaciones digitales y que explican las posibilidades y los riesgos, de acuerdo con el estudio: falta de consecuencias inmediatas, la gratificación instantánea, el anonimato relativo y el acceso expandido. Elena Benítez advirtió que en realidad no hay responsabilidad por las acciones en las redes sociales, “estás todo el día buscando esta dopamina rápida, esta gratificación instantánea… no te haces responsable por el impacto que tiene lo que buscas en esa interacción y el impacto puede ser demasiado grande y difícil de controlar”. Esta arquitectura explica fenómenos preocupantes como el odio en línea, personas que mantienen vidas convencionales en lo físico pueden ejercer violencia verbal sin asumir responsabilidad emocional por el otro en lo digital. Expone la construcción de identidades completamente diseñadas para la audiencia digital, especialmente entre adolescentes. Si piensas cómo construye ahora una adolescente su identidad, 100% de esta gratificación instantánea viene de lo que genera, de cómo recibe la imagen que proyecta a cierto público y cómo esto se vuelve después parte de su identidad personal”, reflexionó la directora general de Gerundio. “Nos vamos diseñando conforme vamos logrando tener ciertas reacciones de la gente”. ENTRE LO HUMANO Y LO ARTIFICIAL La investigación se realizó antes del boom masivo de la inteligencia artificial, pero sus hallazgos cobran nueva relevancia ante casos como el de jóvenes que recurren a ChatGPT para conversaciones terapéuticas o consejos sobre dilemas existenciales, a veces con consecuencias trágicas. Vamos buscando la necesidad de conexión, pero ya no entre pares, sino con esta inteligencia artificial”, observó Benítez. El estudio se enfocó específicamente en las interacciones entre personas a través de plataformas digitales, pero reconoce que la evolución natural del fenómeno apunta hacia la sustitución de vínculos humanos por relaciones con sistemas de IA. Hay gente que está usando la IA para terapia, para rebotar ideas, para entender cómo se siente”, abundó, “y cuántas personas tienen más conversaciones profundas con un robot, que podrían ser hasta más conectadas de las que tienen con personas reales”, concluyó. cva Contenidos Relacionados: ¿Por qué las redes sociales podrían desarrollar trastornos de alimentación en los jóvenes? IPN responde Dinamarca prohibirá las redes sociales a los menores de 15 años Vinculan a jovencita de 20 años que drogó a sujeto que conoció en redes sociales