En las últimas horas, el riesgo de una intervención armada de Estados Unidos en Venezuela ha pasado de ser una amenaza difusa a convertirse en un escenario probable. El miércoles, el presidente Donald Trump confirmó que dio autorización a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para realizar operaciones encubiertas en la nación caribeña, y destacó que sopesa la posibilidad de operativos terrestres en ese país contra los “combatientes ilegales”, como clasifica a los supuestos traficantes de drogas. Dado que Washington acusa al gobierno de Venezuela de ser un cártel, las palabras del republicano constituyen un amago directo de agresión militar con fines de cambio de régimen. Más explícita que Trump fue la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien aseguró: “Maduro lidera un régimen ilegítimo que ha estado traficando drogas hacia Estados Unidos durante demasiado tiempo, y no vamos a tolerarlo”.