Cuando se cumple una semana desde que entrara en vigor el acuerdo de alto el fuego en Gaza, este sólo se ha visto reflejado en el intercambio de rehenes y prisioneros de uno y otro bando. Ni acceso a “la totalidad de la ayuda” humanitaria al enclave, ni entrega de “todos los rehenes, vivos y fallecidos”, ni siquiera el cese de “todas las operaciones militares, incluidos los bombardeos aéreos y de artillería”; como marcaban varios de los puntos del plan del presidente estdaounidense, Donald Trump.