8 acciones clave para prevenir la demencia y mantener tu cerebro saludable

Jessica Zamora Ramirez La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) , actualmente más de 55 millones de personas viven con algún tipo de demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Si bien no existe una cura definitiva, múltiples estudios coinciden en que adoptar ciertos hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo de desarrollarla . Qué dicen los expertos: factores modificables según Lancet De acuerdo con un informe reciente de la Lancet Commission , hasta el 35 % o 40 % de los casos de demencia podrían prevenirse o retrasarse si se intervienen oportunamente 14 factores de riesgo modificables. Estas acciones, implementadas especialmente en la mediana edad, tienen un impacto directo en la salud cerebral a largo plazo. Te puede interesar: Alzheimer, la enfermedad que reestructura vidas Hábitos protectores: ejercicios, dieta, sueño y estimulación mental A continuación, te presentamos las ocho acciones respaldadas por la evidencia científica que pueden marcar la diferencia: 1. Problemas de visión no tratados: revisa tus ojos cada año La pérdida de visión sin tratamiento puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, ya que el cerebro necesita estimulación visual constante para mantener activas sus conexiones neuronales. Afecciones comunes como las cataratas o la retinopatía diabética (frecuente en personas con diabetes) se han relacionado con un mayor riesgo de demencia. La buena noticia es que al tratarlas, el riesgo se reduce considerablemente. Por ello, los especialistas recomiendan exámenes oftalmológicos anuales para prevenir complicaciones. 2. Pérdida auditiva: detecta a tiempo y usa audífonos si es necesario La pérdida de audición es el principal factor de riesgo modificable de demencia. Al recibir menos estímulos sonoros, el cerebro trabaja menos y la interacción social disminuye, lo que acelera el deterioro cognitivo. Según los expertos, menos de un tercio de las personas mayores con pérdida auditiva utilizan audífonos. Sin embargo, su uso puede reducir significativamente el riesgo de demencia y mejorar la salud cerebral, de acuerdo con el Consejo Mundial sobre la Salud Cerebral (AARP). 3. Inactividad física: moverse protege tu cerebro La actividad física regular no solo fortalece el cuerpo, sino que también reduce hasta un 20 % el riesgo de demencia. El ejercicio estimula la circulación sanguínea, favorece la creación de nuevas neuronas gracias a la proteína BDNF y ayuda a conservar el volumen cerebral. Incluso actividades simples como caminar, bailar o nadar pueden marcar una gran diferencia en la salud cognitiva. 4. Fumar: dejarlo siempre vale la pena Fumar aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pulmonares y también de demencia. Incluso la exposición al humo de otras personas puede ser perjudicial. Dejar el tabaco reduce la velocidad del deterioro cognitivo. El estudio muestran que quienes abandonan el hábito presentan una pérdida de memoria 20 % más lenta y una fluidez verbal 50 % más lenta. No importa la edad: dejar de fumar siempre es beneficioso para el cerebro. 5. Consumo excesivo de alcohol: mientras menos, mejor Beber en exceso eleva el riesgo de obesidad, hipertensión y depresión, condiciones relacionadas con el deterioro cognitivo. Las investigaciones más recientes demuestran que reducir o eliminar el consumo de alcohol puede disminuir el riesgo de demencia. Quienes consumen menos o dejan de beber muestran mejores resultados cognitivos que quienes mantienen altos niveles de ingesta. 6. Depresión: buscar ayuda es fundamental La depresión no tratada puede aumentar el riesgo de demencia en cualquier etapa de la vida. En personas mayores, incluso puede ser un signo temprano de deterioro cognitivo. Existen tratamientos eficaces —como la psicoterapia o los medicamentos adecuados— que pueden mejorar el estado de ánimo. Además, la actividad física también ha demostrado ser eficaz para aliviar los síntomas depresivos. Hablar con un especialista de salud mental puede marcar la diferencia. 7. Lesiones cerebrales: prevenirlas también protege tu mente Las lesiones cerebrales traumáticas son otro factor de riesgo importante. Aunque muchas ocurren en la juventud por deportes de contacto, en la vejez son comunes debido a caídas accidentales. Puedes reducir el riesgo fortaleciendo el equilibrio, mejorando la fuerza del core y usando casco al andar en bicicleta o motocicleta. Pequeños cambios pueden prevenir lesiones que afecten tu salud cognitiva a largo plazo. 8. Aislamiento social: mantén tus conexiones activas Casi 1 de cada 4 adultos mayores de 65 años está socialmente aislado, y esto eleva el riesgo de demencia. El aislamiento implica poco contacto con familiares o amigos o la falta de participación en actividades sociales. Mantener relaciones frecuentes ayuda a construir una reserva cognitiva que protege contra el deterioro mental. Las redes sociales pueden ser útiles, pero no sustituyen el contacto presencial. Salir, conversar y convivir son claves para un cerebro sano. Te puede interesar: Día Mundial del Alzheimer: En México 1.5 millones de personas viven con algún tipo de demencia Síntomas tempranos de la demencia La detección temprana puede mejorar el pronóstico, menciona Mayo Clinic . Algunos signos a los que debes estar atento incluyen: Pérdida de memoria que suele notar otra persona. Dificultad para comunicarse o encontrar palabras. Desorientación o perderse en lugares conocidos. Problemas para resolver tareas simples o tomar decisiones. Cambios en el estado de ánimo, depresión o ansiedad. Conductas inadecuadas, paranoia o alucinaciones. Te puede interesar: "Familias mantienen ocultos a sus seres queridos"; así es el estigma del Alzheimer en México Cuándo acudir al médico De acuerdo con Mayo Clinic, si tú o alguien cercano presenta pérdida de memoria persistente u otros síntomas mencionados, consulta a un profesional de la salud. En muchos casos, un diagnóstico temprano puede tratar o revertir algunos síntomas. Además, identificar la causa subyacente es esencial para establecer el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida. La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Las investigaciones científicas confirman que hasta 4 de cada 10 casos podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida. Mantener una vida activa, cuidar la salud mental y sensorial, evitar hábitos dañinos y fortalecer las relaciones sociales son pasos fundamentales para proteger el cerebro y envejecer con mayor calidad de vida. 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