María Valverde presentó su primer documental como directora en el Festival Internacional de Cine de Morelia, una historia profunda y humana que explora la relación entre la música y la comunidad sorda en Venezuela, a través del trabajo del Coro Manos Blancas.“Habla sobre la música a través de la sordera. Creo que era una oportunidad maravillosa para visibilizar a una comunidad que está muy aislada, no solo en el ámbito artístico, sino también como parte de sus familias”, compartió María Valverde a su paso por el FICM.¿De qué trata el documental que dirige María Valverde?La actriz española considera que “en el acceso a la lengua y a muchos privilegios que los demás damos por sentado”, por ello el documental y su primera oportunidad de tomar el rol de directora se convirtió en un asunto personal que la llevó a otro punto de su carrera.El documental surge de una conexión personal. Su esposo, el director de orquesta Gustavo Dudamel, fue quien le presentó al Coro Manos Blancas, un colectivo que surgió del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela. A partir de ahí comenzó a gestar el proyecto. View this post on Instagram A post shared by FICM (@ficm) “Él los conoció hace muchos años, cuando tuvo el privilegio de dirigir su primer concierto en 1995, gracias al maestro José Antonio Abreu. Al saber que iba a hacer esta ópera en lengua de signos, sentí la necesidad vital de contar sus historias”, explicó la actriz.A través de los testimonios de Jennifer, Gabriel y José, Valverde construye un retrato inspirador sobre cómo la música transforma vidas y conecta mundos aparentemente opuestos, porque “la música realmente les cambia la vida y les salva el día a día”, dijo.Sobre su experiencia detrás de cámara, reconoció que este proyecto le permitió ver el cine desde otra perspectiva: no la de actriz, sino desde el ojo de una cineasta que tuvo “el privilegio de crear al equipo desde cero y de contar una historia que nació del alma”.“Ahora tengo mucha más pasión, cariño y respeto por la gente que está detrás de una producción; hacer una película es casi un milagro”, expresó soltando un suspiro, pues levantar proyectos de esta naturaleza suele ser complejo, a nivel de presupuesto.La producción incluye lengua de señas venezolana, además del español y castellano, y ha sido recibida con buena crítica en su paso por festivales. Ayer se proyectó en el FICM, “ojalá el público se inspire con este documental y pueda conectar con esta historia”.hc