El salvador de Dodgers

La escuela fue el mejor refugio para Roki Sasaki durante la devastadora tragedia que enfrentó Japón en 2011. El ahora pitcher sensación de los Dodgers salvó la vida gracias a que atendía sus clases aquel fatídico viernes 11 de marzo. El padre del beisbolista estuvo entre los miles de muertos que dejó el terremoto y posterior tsunami. La casa que compartían con sus abuelos quedó destrozada. Sasaki , de entonces nueve años, destacaba en el beisbol, deporte que se convertiría en su apoyo para superar la tragedia familiar. Junto a su mamá y dos hermanos, se mudaron a otra pequeña ciudad en la que no dejó de lanzar pelotas. No importaba jugar en campos improvisados, en el que la maleza era otro rival para los pequeños. Las luces de los autos de los padres eran el alumbrado del diamante, mientras que la pintura fosforescente que untaban a las pelotas ayudaba a que las esféricas no se perdieran en la oscuridad. De aquel pequeño lanzador, que usaba gafas, se transformó en un espigado pitcher, de 1.88 m de altura, con una potente recta que retaba a las pistolas de radar. Además, perfeccionó su splitter, el lanzamiento que se convirtió en su mejor aliado. El talento que le vaticinaron hizo erupción en 2022. Lanzó un juego perfecto en la potente liga japonesa y, además, lo realizó con 19 ponches, 13 de ellos consecutivos. En su siguiente salida lanzó ocho entradas perfectas, antes de que el manager lo removiera. Fueron 17 entradas en las que retiró a los 51 bateadores que enfrentó. Era como si un pitcher de algún videojuego se hubiera escapado de la pantalla. Su deseo era medirse ante los mejores y las Grandes Ligas se convirtieron en una obsesión. No esperó a cumplir los 25 años para convertirse en agente libre y buscar un contrato millonario. A sus 23 años, luego de ser pretendido por varios equipos, se decidió por Dodgers como destino a principios de este 2025. La primera temporada estaba más cercana a la decepción. Una lesión en el hombro derecho lo puso muy temprano fuera de acción. Estuvo dos meses sin poder lanzar una pelota y luego, durante la rehabilitación, no lograba encontrar la fórmula. Apenas un mes atrás, los Dodgers no sabían qué decisión tomar. Por recomendación de un miembro del staff de Dodgers realizó un ajuste en su mecánica, que consiste en flexionar un poco más la rodilla derecha antes de comenzar su movimiento hacia el home. El cambio fue positivo al volver a superar las 100 millas con su recta y provocar estragos con el splitter. Sasaki se convirtió en el cerrador inesperado y el pitcher clave para Dodgers justo en el momento que más lo necesitaban, con un bullpen golpeado por las lesiones. Detrás de esta exitosa historia existe otra marcada por la resiliencia. Columnista: Héctor Linares Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0