La relación entre Antonio Banderas y Melanie Griffith fue puro Hollywood : una historia de amor pasional con un final previsible. Aquel matrimonio duró 19 años y les dejó una hija, Stella del Carmen , que ahora se casa. La cosa no terminó bien, pero se arreglaron y ahora los dos actores mantienen una muy buena relación . En sí misma, esa ya es otra buena historia. No, aquello no acabó bien. Lo primero que hizo Melanie Griffith fue acudir a una clínica de láser a que le quitaran con carácter de urgencia el tatuaje del nombre del español que se había marcado en el bíceps. A nadie le gusta ver cada día la marca de un fracaso. Durante dos décadas, la pareja pareció mantenerse firme contra todo pronóstico y a pesar de las múltiples dificultades, desde las idas y venidas de Melanie Griffith por clínicas rehabilitación hasta el declive de la carrera de la actriz en contraste con el creciente éxito de la de su marido. Los periodistas intentaban rebuscar en los secretos de tan improbable relación y se encontraban con respuestas igualmente curiosas. « Sexo realmente genial », dijo Melanie una vez. «Enamorarse el uno del otro una y otra vez», propuso Banderas. Los orígenes de uno y otro no podían ser más dispares. Antonio banderas, hijo de una maestra y un policía, se había criado en Málaga durante los últimos años del franquismo. Melanie era una niña de Hollywood que había crecido en una familia disfuncional y bajo el brazo de la actriz y modelo Tippi Hedren después de que el padre, el actor Peter Griffith, los abandonara tempranamente. Con su madre llena de fama y dinero tras unos inicios inciertos, Melanie Griffith disfrutó de lo que una vez definió como « infancia al estilo Gatsby ». Tuvo vino en las meriendas a los 12 años, fiestas hasta el amanecer a los 14 y leones –tal cual- junto a la piscina en la adolescencia. Todo lo contrario que la tranquila infancia y adolescencia de Banderas por la Costa del Sol. Quería ser futbolista, pero una temprana lesión le llevó por otro camino. El primer encuentro entre ambos se remonta a los Premios Oscar de 1989 , donde Antonio Banderas quedó cautivado por el indiscutible encanto y carisma de aquella Melanie Griffith. A pesar de su inmediata fascinación, ella, bastante sorprendida por lo que luego calificaría como « atrevimiento », ignoró sus insinuaciones. «Llevaba un traje de perlas, me acuerdo perfectamente de aquella noche. Seis años después estábamos casados», recordaría el español. En 1995, ella fue elegida junto a Antonio Banderas para protagonizar la película ' Two Much '. «Cuando nos conocimos, los dos estábamos casados pero nuestros matrimonios no funcionaban», recordaría el español. Después de sus respectivos divorcios, Griffith y Banderas se casaron el 14 de mayo de 1996 en Londres . Y cuatro meses después, el 24 de septiembre de 1996, nacería Stella del Carmen en Marbella . Antonio Banderas se vio obligado a integrarse de lleno en la vida familiar y aunque admite que le costó adaptarse, fue un entorno en el que pareció evolucionar a todos los niveles . «De repente, tuve una niña de 6 años, un niño de 10, y Stella llegó casi enseguida. Pensé: '¡Dios mío!'. Pero en cuanto los niños supieron que me quedaba, se sintieron bien. Necesitaban una base sólida para crecer. En cuanto me di cuenta de eso, empecé a construir mi relación, dándoles seguridad, poco a poco, haciendo de padre », recordaría. Pero fue una relación difícil, principalmente por la inestabilidad de Melanie a todos los niveles. Recayó más de una vez durante los años que estuvieron juntos, y aunque Antonio parecía creer que estos episodios difíciles los unían más, hacia el final del matrimonio se hizo evidente que no era así. «Antonio me apoyó en la medida de lo posible, pero si no eres alcohólico ni drogadicto, y descubres que tu esposa es mala, es difícil lidiar con eso . La adicción es algo común en mi familia, pero no en la suya», revelaría la actriz. Para cuando Melanie Griffith solicitó el divorcio, hace diez años, ya llevaban un tiempo viviendo vidas separadas . Y Banderas comenzó a pasar una pensión a Melanie. «Es una persona a la que amé, amo y siempre amaré, sea cual sea nuestra situación«, aseguraría. Y lo mismo con Melanie Griffith: «Lo quiero y siempre lo querré», escribió en su Instagram. Y aunque su separación tuviera sus complejidades y disputas, el tiempo lo curó todo bastante rápido y Stella del Carmen fue un pilar básico en la reconstrucción de su relación, ya como un exmatrimonio que todavía se aprecia y respeta. Ahora van juntois a la boda de su hija.