Fabrizio Mejía Madrid: Venezuela retórica

Llevamos ya muchos años escuchando la alarma de los taxistas: “Si seguimos así, seremos Venezuela”. Uno siempre se queda esperando la definición de lo que es ser Venezuela y, salvo por una vaga idea de escasez, nunca se abunda. Es como si “Venezuela” fuera un mal augurio, un presagio de declive. En esta Venezuela retórica no existen más que autorretratos de quienes la pronuncian como la calamidad que ya viene: anticomunistas sin comunismo a la vista, racistas que detestaban la mulatez de Hugo Chávez, gente a la que le enoja que se mejore en algo la distribución de la riqueza o que se erigen en árbitros que silban quién sí es democrático y quién es totalitario. Pero Venezuela como sociedad, jamás aparece.