A los 21 años, Grace Burns busca un modo de andar por el mundo sin quedar atrapada en reflejos ajenos. Creció viendo el rostro de su madre en campañas y pasarelas, y el de su padre en la pantalla grande. Desde niña estuvo ligada a Every Mother Counts, la fundación que su madre creó a raíz de las complicaciones de su propio nacimiento, y que hoy trabaja en favor de la salud materna alrededor del mundo. Estudia literatura, guionismo y fotografía, y ha creado By Grace, una revista personal que mezcla imágenes y textos como un laboratorio de identidad con el único propósito de encontrar aquello que por siempre estará oculto.Habita ese territorio intermedio, el del llegar a ser, probando voces, reuniendo influencias, tanteando un idioma que aún está naciendo. Junta fragmentos —libros, imágenes, conversaciones— y ensaya combinaciones, como si buscara una geometría propia. El proceso no está cerrado; esa es precisamente su fuerza. Lo que emerge es una joven en tránsito. Una mirada por refinar, un lenguaje que tantea sus límites, una certeza íntima de que la incertidumbre también sostiene. Y en medio de ese ensayo vital, se dibujan las convicciones que más importan para ella: ser amable, ser honesta, amar sin medida, atreverse a hacer el ridículo. Mirarla hoy no es presenciar una llegada, sino el acto frágil y magnético de alguien que está, con todas sus dudas y todas sus certezas, aprendiendo a ser.RM: Creciste rodeada de arte, moda y cultura. ¿Cuál es tu primer recuerdo de que la creatividad tendría un papel en tu vida?GB: No creo que haya habido un momento definitivo. Fue más bien el ambiente en el que crecí: los libros que siempre estaban por ahí, las películas que veíamos juntos y observar el trabajo de mis padres. Es contagioso estar cerca de alguien que es tan apasionado con lo que hace, y tuve la suerte de tener padres que se sentían así respecto a su trabajo. Esa pasión era contagiosa y, naturalmente, yo también la quise para mí. Creo que todos lo queremos. Siempre me animaron a expresarme y a ser creativa. Sé la suerte que tengo de poder decir eso.RM: ¿Quién eres en esta etapa de tu vida?GB: No creo tener una respuesta perfecta para eso; ojalá, simplemente, una buena persona.RM: Cuéntanos de tu revista By Grace...GB: Empezó como una excusa para tomar fotos y escribir historias. Cada año elijo un tema distinto; en esencia se trata de celebrar y destacar a la gente creativa que me rodea. También me impulsa a encontrar un hilo conductor en mi propio trabajo. Todavía me sorprende que a otras personas les interese, porque para mí siempre ha sido un proyecto muy personal.RM: Every Mother Counts ha sido parte de tu vida desde que naciste, háblanos de la fundación...GB: Se fundó debido a las complicaciones que ocurrieron durante mi nacimiento. En cierto modo, estoy inherentemente ligada a su historia de origen, pero realmente se siente como el tercer hijo de mi mamá. He visto la organización crecer desde que empezó en nuestro departamento, hasta tener una oficina, y ahora ayudar a mujeres y proveedores de salud no solo en el país sino en todo el mundo. He tenido la suerte de visitar a algunos de los socios de EMC en Guatemala, Tanzania y Kenia, y conocer a personas increíbles.RM: ¿Qué valores llevas contigo de tu hogar y cuáles estás transformando?GB: No creo que haya valores que no lleve conmigo; si acaso, solo se están reafirmando mientras crezco.RM: ¿Sientes presión por ser alguien específico o disfrutas el “mientras tanto” de madurar?GB: Soy yo misma quien se pone más presión, no para ser alguien, sino para trabajar duro. Definitivamente soy un poco adicta al trabajo y perfeccionista. View this post on Instagram A post shared by Revista de Milenio (@m__milenio) EVT