Son la generación que se tradujo a sí misma: de la máquina de escribir al teclado táctil, del fax a la IA. Ahora, con 60 años, los X se preguntan cómo será vivir tanto, y enfrentan el desafío más grande: diseñar una vejez larga, incierta y consciente, sin Estado de bienestar y sin manual de instrucciones. Mientras se hacen cargo de padres que no se rinde, e hijos que se niegan a despegar