Hay cifras que, negro sobre blanco, identifican y sitúan la realidad en sus justos términos. El último informe presentado por Cáritas y realizado por la Fundación Foessa, es un buen ejemplo de ello. La citada entidad, vinculada a la primera, convierte una sensación en certeza: las generaciones jóvenes en el Estado van a ser más pobres que las de sus padres. Desde luego, pese al rigor del macroestudio, no se puede generalizar y hay realidades nacionales, como las que se viven en Euskal Herria, en las que la situación no es un calco exacto de la conclusión final, pero tiene similitudes importantes.