Un trompo y una guita

Cruzaba el pasaje del Barato, en Los Naranjos, y me sentí atrapado en un túnel del tiempo. El Barato ya es de por sí un lugar como regresado de otra época; un rescoldo del ayer. Allí, aún es aquella mañana de domingo de invierno de hace ya muchos años, cuando todo permanecía intacto y tu historia empezaba a escribirse. Hay algo ciertamente misterioso en esa tasca de los mil nombres: el Barato, Gilsan, La Viña... Pues resultó que allí, en el pasaje, vi el otro día un niño bailando el trompo. Juro que no era un fantasma. El trompo, de madera, como los de antiguamente, con su púa de hierro y sus tres surcos paralelos circundando la parte más ancha.... Ver Más