Un estudio del CSIC concluye que el calentamiento global agravó las lluvias que dejaron 229 fallecidos en Valencia y uno de sus autores considera “lamentable” que se cuestione el Pacto Verde Europeo; Santiago Abascal exige al PP que torpedee su aplicación si quiere su apoyo para investir a un nuevo presidente de la Generalitat Valenciana Ataques a la inmigración, al valenciano o al Pacto Verde: la agenda ultra de Vox que debe asumir el PP para mantener la Generalitat Valenciana “La atribución de la dana de Valencia confirma una nueva realidad climática y subraya la necesidad de una acción conjunta entre ciencia, instituciones y ciudadanía para hacer frente a sus impactos. El cambio climático y el Pacto Verde Europeo no son ni de izquierdas ni de derechas, son evidencias científicas e ir en contra es ir en contra de nosotros mismos”. El investigador del Instituto de Geociencias (IGEO), David Barriopedro, se ha pronunciado en estos términos a preguntas de elDiario.es en relación con el estudio que ha elaborado de la mano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), junto a otros expertos como José Manuel Garrido-Pérez, de la UCM, y Soledad Collazo, también del IGEO. El trabajo, que también concluye que las precipitaciones del 29 de octubre de 2024 aumentaron hasta un 20% por el calentamiento global, se difundió el pasado jueves 6 de noviembre mientras Vox advertía al PP de que una de sus condiciones para apoyar a un nuevo presidente de los populares para la Generalitat Valenciana era acabar con el Pacto Verde Europeo. El jefe del Consell en funciones, Carlos Mazón, ya criticó el pasado mes de marzo el “dogmatismo climático” para ganarse el apoyo de los ultras a los presupuestos autonómicos, a pesar de que el PP, con la presidenta de la Comisión Europea a la cabeza, la también popular Úrsula von der Leyen, apoya la Agenda 2030 en Bruselas. Ahora los de Santiago Abascal han advertido a los de Alberto Núñez Feijóo que si quieren su apoyo para investir a un nuevo presidente tras la dimisión de Mazón, deberán asumir su agenda repleta de medidas negacionistas del cambio climático, o como ellos lo denominan, “fanatismo climático”. Para Barriopedro, “es lamentable que se cuestione el Pacto Verde porque está basado en evidencias científicas, no sabemos qué más tiene que pasar para darnos cuenta de que ya vamos tarde; precisamente la idea de este estudio y de otros que van en la misma línea que se han presentado es que sirva para que se tomen las mejores decisiones políticas a la hora de distribuir los fondos públicos”. Contenido del estudio El estudio presentado es contundente y acredita nuevamente la influencia del cambio climático en la intensidad de fenómenos meteorológicos como la dana. “El calentamiento de la atmósfera provocado por la actividad humana, unido a un aire y un mar cálidos, hace que se aloje más vapor de agua, lo que está relacionado con una mayor intensidad de fenómenos como la dana”, explica Barriopedro a preguntas de esta redacción. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el trabajo de los expertos concluye que el cambio climático influyó en la intensidad de las lluvias registradas durante la dana de Valencia. Los resultados, basados en tres métodos complementarios, apuntan a que las precipitaciones del 29 de octubre de 2024 en el sureste de España aumentaron hasta un 20% debido al calentamiento global. También señalan que estos episodios de dana vienen acompañados de más precipitación que hace unas décadas debido, en parte, al calentamiento del mar, aunque “esta señal es aún poco robusta por la alta variabilidad de estos fenómenos”. El 29 de octubre de 2024, una depresión aislada en niveles altos (dana), alimentada por la entrada de aire muy cálido y húmedo del mar Mediterráneo, desencadenó intensas precipitaciones en el sureste de la península ibérica. Únicamente en la provincia de Valencia se registraron cifras récord: hasta 720 litros por metro cuadrado en 12 horas. “Nuestros resultados indican que el cambio climático no causó la dana, ni ha modificado apreciablemente su frecuencia de ocurrencia, pero sí la hizo más lluviosa”, resumen los investigadores del estudio publicado en la revista Bulletin of the American Meteorological Society . Tres miradas a un mismo evento El trabajo combina tres métodos complementarios de atribución para determinar si el calentamiento global influyó en la intensidad y probabilidad del evento meteorológico. “Cada enfoque responde a una pregunta distinta. Juntos ofrecen una visión más completa del papel del cambio climático en la catástrofe”, explica Barriopedro. En primer lugar, los autores emplearon un enfoque probabilístico, mediante el cual analizaron si las precipitaciones de esa magnitud son hoy más frecuentes e intensas que en el pasado. Según este método, no encontraron una tendencia reciente clara hacia un aumento en la frecuencia de lluvias tan extremas como las de la dana de Valencia. “Esto refleja la gran variabilidad natural del clima mediterráneo, y coincide con otros estudios recientes basados en observaciones”, señala José Manuel Garrido-Pérez, investigador de la UCM. En segundo lugar, el equipo empleó un método de análogos para estudiar el efecto del calentamiento global en las precipitaciones asociadas a danas similares a las del evento. Ahí es cuando emergen señales claras de influencia humana: “En promedio, estos episodios dejan más precipitación que hace unas décadas –asegura Soledad Collazo, investigadora del IGEO- aunque esta señal aún es pequeña y poco robusta por la alta variabilidad del fenómeno”. Por último, se usó un enfoque 'storyline', que recrea el episodio en un escenario sin influencia humana mediante modelos de predicción meteorológica basados en inteligencia artificial (IA). En este caso, los modelos inicializados con las condiciones atmosféricas que precedieron al evento son capaces de reproducir la tormenta con varios días de antelación. Asimismo, confirman que en un clima sin influencia humana las precipitaciones habrían sido hasta un 20% menos intensas en algunas zonas afectadas por la dana. En cambio, la circulación atmosférica —los patrones de viento y presión— no muestran variaciones claras. “El evento habría ocurrido igualmente, pero las precipitaciones habrían sido menos intensas, ya que la atmósfera habría contenido menos humedad disponible para formar tormentas”, afirma Bernat Jiménez-Esteve, investigador del IGEO. Barriopedro explica que se aplicaron las mismas condiciones de la dana del 29 de octubre de 2024 al año 1850, un periodo preindustrial con un calentamiento global provocado por la emisión de gases de invernadero menor que en la actualidad: “El modelo revela que las lluvias hubieran sido un 20% menos intensas”, reitera. El estudio utiliza datos diarios y modelos con una resolución de aproximadamente 25 kilómetros, una escala que no permite capturar lluvias muy localizadas o de corta duración. Sin embargo, los autores señalan que existen evidencias de que la señal del cambio climático podría verse amplificada en fenómenos convectivos de menor escala. Atribución en la toma de decisiones El estudio propone un marco integrador para futuras investigaciones de atribución, basado en la combinación de diferentes métodos. Los autores concluyen que este enfoque mejora la comunicación del riesgo y evita mensajes contradictorios, lo que resulta esencial para diseñar políticas de adaptación, mejorar los sistemas de alerta y planificar infraestructuras resilientes. “El valor está en sumar evidencias”, señala Ricardo García-Herrera, investigador del IGEO. “La atribución de la dana de Valencia confirma una nueva realidad climática y subraya la necesidad de una acción conjunta entre ciencia, instituciones y ciudadanía para hacer frente a sus impactos”, concluye Barriopedro.