El 10 de noviembre de 2024, cinco días después de la noche en la que Kamala Harris perdía las elecciones contra Donald Trump , un desconocido por entonces, Zohran Mamdani , trataba de hablar a los neoyorquinos que paseaban por Fordham Road, una de las arterias principales del barrio del Bronx. Su objetivo: que alguien se parara con él para discutir sobre lo que acababa de pasar . Armado tan solo con un micrófono y un cartel en el que se leía “Lets talk election”, Mamdani no tuvo mucho éxito en su intención de pulsar cómo estaba la opinión pública. Muchos neoyorquinos directamente le ignoraron y, los que se pararon, no tenían respuestas demasiado alentadoras: “He perdido la fe en los demócratas” , decía uno. “Era como elegir al mal menor”, afirmaba otra con gesto triste y grave. Eso sí, casi un año después, el 29 de octubre de 2025, tan solo una semana antes de las elecciones a la alcaldía de Nueva York, Mamdani volvió al lugar del crimen. Y donde el año pasado había decepción y caras largas , el ahora alcalde encontró ilusión, alegría y mucho entusiasmo. Si en 2024 nadie se paraba a hablar con él, ahora le era difícil encontrar a alguien que no le quisiera felicitar, abrazar o sacarse una fotografía con él. Algo había cambiado en la energía de los neoyorquinos, y ese algo era precisamente aquel joven musulman de 34 años al que 12 meses antes muchos habían ignorado. Toda esta historia no es inventada, sino que la recoge uno de los múltiples vídeos que Mamdani ha publicado en redes sociales durante su campaña para conseguir ganar las elecciones el pasado 4 de noviembre . El ámbito online ha sido la piedra angular y quizás más visible de una de las campañas más exitosas, ilusionantes y movilizadoras que se recuerdan en la historia reciente de la política estadounidense. Tanto es así que a muchos analistas y expertos les ha retrotraído a la mítica del Yes we can de Barack Obama , considerada uno de los santos griales de la comunicación política. Mucho se ha escrito de lo impecablemente pensados que estaban sus anuncios, del carisma de Mamdani y de la naturalidad de sus intervenciones, pero el gran éxito de la campaña del ahora alcalde, más allá del punto de vista formal, ha sido algo que, a simple vista, parece fácil, pero que es muy complicado: movilizar . “El gran logro de Mamdani ha sido hacer ver a la gente que era posible ganar , que una persona con sus ideas, que era un desconocido cuando empezó la campaña y que venía desde abajo, podía llegar a ser alcalde de Nueva York. Y eso lo ha conseguido movilizando a muchísima gente que no solía votar y que se sentía apartada de la política, una de las cosas más difíciles de hacer”, comenta Aner Ansorena, consultor de comunicación política y CEO de Hauda Comunicación. ¿Y cómo ha hecho para ilusionar a una ciudad que ha salido a votarle en masa? Con una campaña casi perfecta basada en un tema central claro y con el que prácticamente todos los ciudadanos podían sentirse identificados: lograr una ciudad asequible . “Es un tema muy memorable, que además interpela a muchos públicos, desde minorías hasta estudiantes que ven cómo el ascensor social se resquebraja porque no se pueden permitir un alquiler. Y eso lleva a temas clave para la vida de la gente, como la vivienda, el transporte…”, explica Ainara Villaño, politóloga especializada en comunicación política en Silván&Miracle. Además, Mamdani ha explotado una paradoja muy potente: Nueva York es la ciudad más rica del mundo, pero, sin embargo, muchas de las personas que viven en ella no llegan a final de mes . “Su estrategia parte de esa idea simple y emocional. Todo su discurso —sobre vivienda, transporte y salarios— se construye sobre el eje de asequibilidad y justicia material. De eso habla constantemente y, además, propone soluciones claras . Esa claridad de mensaje genera identificación y elimina el ruido ideológico”, defiende Xavier Peytibi, consultor de comunicación política. La manera de vender las ideas de la propia figura de Mamdani ha sido muy importante, con su carisma, su naturalidad y su forma de hacer política. Es en este punto donde entran los vídeos, que han potenciado todas las cosas buenas que tenía el candidato, especialmente en un contexto de polarización política donde las formas de Mamdani parecen ser cosa del pasado. “Han llamado la atención por la frescura y el buen rollo que destilaban , tanto en cuanto a los formatos como en cuanto a los contenidos de los mismos”, destaca Alex Comes, profesor de comunicación política y director de La Base. Algo en lo que coincide Peytibi, que pone el acento en la autenticidad, emoción y técnica que tienen los vídeos: “A nivel formal, son piezas breves, verticales y directas , pensadas para los ritmos de TikTok e Instagram Reels y, a menudo, con mucho humor. Pero lo decisivo no es la forma sino el tono: Mamdani conversa, comparte historias, habla de y con la gente común , en escenas comunes que cualquier ciudadano neoyorquino conoce y se identifica”. Algunos de los más virales han sido en los que Mamdani se dirige a los votantes de las diferentes minorías que viven en Nueva York. Por ejemplo, en los vídeos pensados para interpelar al voto latino , el ahora alcalde aparece hablando en español y explicando específicamente cómo sus medidas mejorarían la vida y ayudarían a ese grupo de población. Todos ellos aderezados con tomas falsas y humorísticas con las “dificultades” de Mamdani para hablar el idioma. “Con esto logra que personas muy diferentes, y muchas veces que están más en los márgenes, se sientan parte de algo . Nueva York es una ciudad tan diversa que se dice que todo el mundo es de Nueva York, pero a la vez nadie es de Nueva York. Y ese tipo de comunicación hace ver a las personas racializadas que se las ve y que se las toma en cuenta ”, afirma Ansorena. Pero no solo en las redes sociales ha residido el éxito de Mamdani, también ha estado en lo que no se ve o, al menos, en lo que no se ve tanto desde España. El ahora alcalde ha logrado poner en marcha una maquinaria de voluntarios que han hecho llegar su mensaje a cada rincón de Nueva York en el mundo “real”. Las cifras varían, pero según los cálculos la campaña ha conseguido movilizar entre 50.000 y 100.000 voluntarios que han llegado a tocar entre un millón y medio y tres millones de puertas en las estimaciones más generosas. “ No se trató solo de spots o de redes sociales ; la conversación digital alimentó la presencial. Es una campaña total, conectando el on y el offline ”, celebra Peytibi. Solo un año separan las victorias de Trump y Mamdani. Dos triunfos electorales que no pudieron llegar de una forma más antagónica. Sobre el papel, ambos políticos no pueden ser más distintos: mientras Trump basó su campaña en una comunicación agresiva y llena de bulos , el ahora alcalde ha apostado por la ilusión, las propuestas y el positivismo. Pero… ¿ha sido tan distinta una campaña de la otra?. “Evidentemente hay diferencias claras, pero Mamdani ha entendido, como lo hizo Trump en su momento, que el enfoque de las campañas tiene que ser el cambio , el ir contra lo existente. Es cierto que los enfoques a eso son distintos, pero ambos han entendido el cansancio de la sociedad estadounidense, se han colocado como outsiders y eso les ha funcionado muy bien”, responde Villaño. Igualmente hay otro punto donde Mamdani tiene similitudes con Trump y es en que ambos no parecen políticos tradicionales , sino que están cerca de la gente de la calle. “Ahora mismo, si pareces un político, algo estás haciendo mal. Se siente aburrido, despegado de la calle , y eso Mamdani lo sabía perfectamente. Es paradójico que en un momento donde los liderazgos fuertes caen en la política, sea tan importante la marca personal del candidato, como hemos visto con él”, asegura Ansorena. Muchos han visto en esa combinación de cercanía, naturalidad y carisma la solución para luchar contra el trumpismo , aunque Comes cree que, por encima de todo eso y de la comunicación tan buena que ha tenido Mamdani, están las propuestas . “La mejor forma de luchar contra Trump es el programa”, señala el experto. Una forma antagónica a la que ha usado otro peso pesado del Partido Demócrata: el gobernador de California Gavin Newson . Este ha decidido intentar ganar a Trump en su terreno , con ataques, humillaciones y adoptando su lenguaje agresivo en redes sociales. Mientras, Mamdani recurre al humor para contraatacar a sus críticos, como esa vez en la que una persona le llamaba “comunista” mientras el ahora alcalde andaba en bicicleta y este le respondía: “Se pronuncia ciclista”. Así, la euforia con la victoria en Nueva York podría ser el disparadero de otros candidatos demócratas que quieran usar la fórmula Mamdani para las midterms del próximo año. Sin embargo, no es tan sencillo replicar la magnífica campaña del ahora alcalde. “Hay que tener mucho cuidado con extrapolar contextos porque nos pueden llevar a la frustración y al no entendimiento. La forma que tiene Mamdani es la correcta para vender ideas progresistas en Nueva York, que tiene unas características muy particulares . A un candidato de izquierdas que se presente en Nebraska o en Nueva Orleans no le recomendaría imitarle”, opina Comes. Sin embargo, para Peytibi, sí hay mucho que aprender para el resto de políticos demócratas: “No sería nunca el mismo contexto de Nueva York, pero se pueden replicar temas, estilos comunicativos e incluso estrategias y contenidos on y offline . Tiene que ver con la personalización de las candidaturas , cada vez más importante, y en cómo contar las cosas de manera diferente”. En este sentido, pone el ejemplo de la exitosa campaña de Rob Jetten , ganador de las elecciones en los Países Bajos , o de los Verdes en Gran Bretaña, al alza en todas las encuestas, que han seguido estrategias similares a las de Mamdani. En suma, continúa, hablar menos de ideología y más de cosas sencillas y cotidianas , que importan a la gente en su día a día. Y sobre todo, saber defenderse de los ataques: “Cuando lo llaman “radical”, él responde que lo radical es que alguien trabaje 60 horas y no pueda pagar su piso ”, zanja Peytibi.