"He roto ya dos tubos de escape y una rueda nueva". Este es el testimonio de una vecina, que prefiere mantenerse en el anonimato, del polígono 3 de la partida de La Hoya, en Elche. Y es que ella, como bastantes más vecinos, tienen que transitar a diario por caminos en los que, o bien hacen un ejercicio afinado de esquivamiento del sinfín de baches que hay en el trayecto, o se tienen que jugar la suspensión de los coches para llegar a casa. Entre la resignación y el cabreo dan la bienvenida al día cada mañana ante lo que entienden que es una situación cronificada desde hace tres décadas.