Tesla le ha ofrecido a su fundador, el megarrico distópico Elon Musk, un bonus a diez años de una cifra que solo se puede expresar como potencia de 10: algo así como 1.012 dólares. Como la cantidad es inconcebible a ras de suelo, para hacerse una idea hay que compararla con el PIB de España, a cuya mitad anual equivale. Sin duda una cifra estratosférica y totalmente desorbitada que no guarda relación con el valor de lo que un ser humano puede producir. Lo único que impide que uno se convierta en un incendiario es que la prima está vinculada a la obtención de unos objetivos tan bombásticos como que en 10 años se multiplique por seis el valor de Tesla en bolsa. Aunque todo se quede en el sueño —o pesadilla— de una noche de otoño, la borrachera producida por las cifras es de las que dejan resaca con fuerte dolor de cabeza.