Un jardín oceánico germina en Galicia

La joven industria de las algas tiene en Galicia a Ceamsa como su principal exponente. La firma que dirige Íñigo Alzueta no para de ganar tamaño al calor de un sector que ha encontrado en el oro verde del mar un nuevo ingrediente para elaborar un sinfín de productos destinados a la alimentación o el farma. Y así lo evidencian los 190 millones de euros que facturó en 2024, así como su expansión internacional y el esfuerzo de la compañía por duplicar sus instalaciones en O Porriño, como adelantó FARO a comienzos de año. Pero la multinacional gallega no actúa sola: es la empresa tractora de un gremio en efervescencia, con innovadoras pymes que están germinando y cuyo crecimiento pasa sí o sí por saltar del alga salvaje a la acuicultura vegetal —de momento inexistente—, con los beneficios que su (im)plantación puede ocasionar en términos de generación de riqueza y empleo en un momento en el que el marisqueo están de capa caída por la elevada mortalidad que asfixia a las rías. Bajo esa premisa, un nuevo proyecto europeo pone ahora el foco en la comunidad para analizar el potencial de los recursos y así poder, en el futuro, diseñar los primeros jardines oceánicos. Parques botánicos arraigados al litoral que darán flores que también podrán aprovecharse para fabricar celulosa sostenible, por ejemplo, o para producir combustibles limpios.