Las pantallas táctiles que tanto abundan hoy no se concebían cuando las grandes pantallas inundaban las ciudades. Alicante no fue ajena a este fenómeno y se convirtió en una de las grandes protagonistas. La ciudad, en las últimas décadas del siglo XX, llegó a acumular una veintena de salas repartidas entre el centro y los barrios, que no escaparon de la tendencia. El cine no sólo fue una arma de entretenimiento: lo fue también de cultura y de socialización.