En el centro de la capital del Santo Reino, en Jaén, entre iglesias y palacetes, se han contado historias y ha sido escenario de relatos que se mueven entre la leyenda y realidad. En los últimos años, diversos testigos aseguran haber experimentado fenómenos paranormales en edificios del centro histórico, especialmente en la zona que rodea la Catedral de la Asunción, la calle Maestra, y antiguos edificios como el Palacio de los Vilches o el Antiguo Hospital de San Juan de Dios. Aunque la mayoría de los especialistas en patrimonio y acústica urbana sostienen que las causas suelen tener explicaciones físicas —tales como vibraciones, corrientes de aire o interferencias lumínicas—, algunos casos documentados continúan sin aclararse. Es precisamente esa frontera entre lo explicable y lo desconocido lo que mantiene viva la atención por el «misterio jiennense». El edificio más emblemático de Jaén, la Catedral de la Asunción, se alza como punto de partida de muchos testimonios. Algunos trabajadores del entorno aseguran haber escuchado pasos en los pasillos del claustro cuando el templo religioso se encontraba cerrado, o haber visto sombras que se desplazan entre las columnas interiores sin que haya nadie presente. Uno de los relatos más comentados procede de Antonio G. , quien relató haber sentido un cambio súbito de temperatura y un «murmullo de voces» en una de las sacristías durante una revisión nocturna. «No había viento, y los detectores de movimiento no se activaron. Fue algo que no sé cómo explicar», me aseguró. Desde el Cabildo Catedralicio insisten en que se trata de fenómenos naturales. «Las condiciones acústicas de la Catedral generan reverberaciones peculiares , especialmente cuando el sonido proviene del exterior», explican. Pese a ello, el misterio sigue atrayendo a curiosos y grupos de investigación que gustan visitar el templo con medidores electromagnéticos «por si se capta algo». Uno de los lugares más citados en los últimos años es un inmueble en la calle Maestra, en pleno corazón del centro histórico . El edificio, que data del siglo XIX, albergó en el pasado oficinas y residencias. Según testimonios de comerciantes y vecinos cercanos, por las noches pueden escucharse puertas que se cierran solas, pasos en los pasillos y, en ocasiones, voces apagadas que parecen provenir de las plantas superiores. En 2018, un equipo de investigadores de l Grupo de Estudios Paranormales (GEP) de Jaén –ya desaparecido- registró sonidos de baja frecuencia y fluctuaciones térmicas significativas durante una sesión de investigación nocturna. Uno de los investigadores, Javier Cañadas, indicaba que los resultados «no son concluyentes, pero sí anómalos». Aseguraba que el inmueble presenta variaciones electromagnéticas fuera del rango habitual, lo que podría indicar interferencias o descargas estáticas relacionadas con materiales antiguos del edificio. Los vecinos, sin embargo, mantienen su propia interpretación. «Aquí se escuchan cosas desde hace años», cuenta María del Carmen R., propietaria de una tienda cercana. «A veces, cuando cierro la tienda al anochecer, se oye una especie de suspiro largo, como si alguien respirara dentro . Ya nos hemos acostumbrado». En el Palacio de los Vilches, un edificio renacentista también se han registrado sucesos que llaman la atención. Empleados afirman que, en determinadas noches, se escuchan pasos sobre los suelos del piso superior cuando el recinto está completamente vacío. Durante una visita guiada en 2023, un grupo de turistas aseguró haber visto una figura translúcida junto a una de las ventanas del salón principal. El guía, sorprendido, detuvo la explicación para comprobar el lugar, pero no encontró nada. La fotografía que uno de los visitantes tomó en ese momento muestra un reflejo borroso en el que no se veía nada, aunque los especialistas atribuyen el efecto a la iluminación interior. Según Carmen Díaz, historiadora y guía de patrimonio, la leyenda se remonta al siglo XVII, cuando el palacio pertenecía a una familia noble de Jaén. «Se dice que una de las hijas murió en una de las habitaciones, y que su sombra aparece en los días previos al aniversario de su fallecimiento. Es una historia más simbólica que real, pero contribuye a mantener viva la memoria del edificio», explica. Curiosamente, en el mismo lugar existe una habitación conocida por algunas personas –a nivel interno- como «la sala del eco», en la que los sonidos se multiplican de forma anómala. Puede que la estructura de las paredes genere un patrón de resonancia que amplifica determinados tonos, lo que podría explicar parte de los testimonios o, al menos, es la explicación que yo le puedo encontrar. Los psicólogos también han mostrado interés por la dimensión humana del fenómeno. El investigador Luis Fernándes, del área de Psicología Experimental, considera que estos episodios son una combinación de sugestión, contexto histórico y percepción sensorial. «El entorno arquitectónico del centro de Jaén, con su penumbra y su carga simbólica, favorece interpretaciones emocionales de estímulos normales», explica. «La mente tiende a rellenar huecos cuando hay incertidumbre o miedo. Lo interesante es que muchos testigos no buscan fama ni notoriedad; simplemente relatan lo que sienten, lo que les da credibilidad emocional, aunque no necesariamente científica» concluye. Pese a ello, Fernández Robles admite que ciertos episodios son difíciles de explicar sin más datos. Por ello, recomienda abordar el tema desde la prudencia, sin descalificar ni exagerar los relatos. El interés social por estos fenómenos ha impulsado la creación de varias rutas culturales del misterio en el casco antiguo de Jaén. Empresas turísticas locales organizan visitas nocturnas en las que se combinan historia, leyenda y patrimonio. Estas rutas, lejos de fomentar el sensacionalismo, buscan poner en valor los edificios históricos y su relación con la memoria colectiva. «El objetivo no es demostrar nada, sino revivir la historia de la ciudad desde otro punto de vista», comenta el guía. «La gente sale con una mezcla de respeto y fascinación. Al final, el misterio es también parte del patrimonio intangible de Jaén». Más allá de las creencias personales, el centro de Jaén es un espacio donde el pasado y el presente se entrelazan de manera singular. Las piedras centenarias, las bóvedas ocultas y los silencios nocturnos ofrecen un marco ideal para que surjan historias de este tipo, de apariciones, susurros y presencias imposibles. Para los vecinos, estos relatos forman parte de la identidad de la ciudad. «No sé si son fantasmas o corrientes de aire», dice entre risas Isabel Molina «pero aquí todos tenemos una historia que contar. Y eso también nos une como comunidad». Entre tanto, investigadores, guías y curiosos siguen caminando por las calles empedradas del casco antiguo, donde cada sombra parece esconder una buena historia y cada sonido puede ser el eco de un pasado que aún se resiste a desaparecer en Jaén. *Si ha tenido alguna experiencia paranormal, de cualquier tipo, no dude en comunicarse conmigo. Investigaré gratis su caso (como siempre lo hago) y trataré de ofrecerle respuestas: contacto@josemanuelgarciabautista.net