Aunque el Estado español suele presentarse como una de las regiones más avanzadas en derechos LGTBIQ+, las cifras muestran una realidad con matices. La última Encuesta LGBTIQ+ de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, 2024) alerta que el 66% de las personas del colectivo percibe un aumento de los prejuicios en los últimos cinco años. Y, el informe Discurso de Odio en X (FELGTBIQ+ y Ministerio de Igualdad, 2025), señala que el 80 % de los mensajes de odio analizados en redes sociales se dirigen a la orientación sexual. Estos datos muestran como la igualdad legal no siempre se traduce en igualdad real. Pero, yendo más allá, ¿qué sucede cuando ese estigma social se cuela en el espacio más íntimo, la familia?