La solidez de un modelo que vive pendiente de vender

La Real Sociedad celebrará el 10 de diciembre (19.00 h) en el Palacio de Congresos Kursaal su Junta General Ordinaria de Accionistas, con un balance al que ha tenido acceso Deportes COPE Gipuzkoa, y que muestra fortaleza económica y beneficios históricos: 16,99 millones de euros de resultado neto, 92,7 millones de patrimonio y 303,9 millones de activo total. Una fotografía de estabilidad que, sin embargo, esconde grietas estructurales. La entidad donostiarra ha visto caer su cifra de negocio un 21 %, de 160,5 a 126,4 M€, sin competiciones europeas que compensen. El beneficio llega gracias a las plusvalías por las ventas de Mikel Merino al Arsenal y Robin Le Normand al Atlético de Madrid, así como a la eficiencia en la gestión ordinaria. Sin esos traspasos, el resultado habría sido casi neutro. La dependencia del mercado de fichajes sigue siendo el principal punto débil del modelo económico realista. Los 97,5 M€ destinados a salarios suponen el 77 % de los ingresos ordinarios, una proporción elevada respecto a los parámetros de control económico de LaLiga y al 70 % de referencia fijado por la UEFA para la relación entre gasto salarial y facturación. La estructura salarial es propia de un club europeo, pero sin plaza continental el margen operativo se reduce drásticamente. La Real gestiona bien, pero gasta al nivel de un equipo que siempre compite fuera. El deterioro contable de 13,5 M€ por el incumplimiento parcial del patrocinador Yasuda Group es el otro foco de vulnerabilidad. Aunque el club confía en recuperar parte del crédito, el episodio revela riesgos de concentración en ingresos comerciales y una exposición excesiva a contratos internacionales de difícil control. Con solo 6,4 M€ en caja, la Real opera con una liquidez muy justa. Su deuda a largo plazo (114,6 M€) —vinculada en gran parte a la operación “LaLiga Impulso” (fondos CVC)— asegura financiación estable, pero reduce flexibilidad. La carga de amortización a medio plazo exige que el flujo ordinario siga siendo positivo. La Real Sociedad conserva un patrimonio sólido y una estructura contable prudente, pero sigue dependiendo del éxito deportivo y de las ventas para mantener beneficios. El modelo Zubieta funciona como pulmón, pero no garantiza autonomía estructural. Los fichajes de Carlos Soler, Gonçalo Guedes y Yangel Herrera evidencian ambición deportiva, aunque aumentan el gasto fijo. La Real Sociedad sigue siendo un ejemplo de gestión equilibrada en el fútbol español. Sin embargo, su economía continúa caminando sobre una cuerda fina: sólida en el balance, frágil en el modelo operativo. El reto del club es convertir la estabilidad contable en independencia económica, reforzando ingresos sostenibles más allá del mercado.