El restaurante Frutos cumple 70 años: así se come en este clásico de Torremolinos

Siete décadas dan para muchas historias, pero pocas tan ligadas a la evolución de Torremolinos como la de Restaurante Frutos, fundado en 1955 y convertido hoy en un símbolo de la cocina tradicional española. Su trayectoria resume la transformación de una ciudad y de toda una costa que pasó de ser un rincón tranquilo del Mediterráneo a epicentro turístico de Europa. En aquel entonces, Frutos Herranz llegó desde Segovia con una mezcla de intuición y valentía. Abrió su primera cafetería junto a la gasolinera de Los Álamos, cuando el turismo apenas despuntaba, y poco después dio vida al restaurante que hoy lleva su nombre. Lo que empezó como un sueño personal se consolidó con los años en un referente familiar que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a su esencia. El secreto de su éxito está en el equilibrio. En Frutos conviven los asados segovianos con el pescaíto y los sabores mediterráneos de la Costa del Sol. En su carta, tan reconocible como generosa, el cochinillo asado al estilo tradicional, el chuletón de vaca frisona, e l cordero lechal o el steak tartar comparten protagonismo con platos de cuchara y pescados frescos de la zona. No faltan tampoco los grandes clásicos de la casa: ensaladilla rusa especial, bacalao al pilpil, croquetas de jamón ibérico, boquerones fritos, o los callos y revueltos que llenan de aromas la taberna. Una cocina de raíces que rehúye modas y apuesta por lo esencial: producto, fuego y tradición. Los postres también mantienen ese carácter casero que ha hecho célebre al restaurante: flan, arroz con leche, milhojas, tarta de queso o tocino de cielo, recetas que despiertan nostalgia y fidelidad entre quienes repiten año tras año. Al frente del restaurante está hoy Carlos Herranz, hijo del fundador, que ha sabido mantener viva la herencia paterna adaptando el negocio a los nuevos tiempos. Su gestión ha modernizado los espacios —con una amplia terraza acristalada, comedor principal y zona de taberna—, pero sin perder el alma de aquella casa que levantó su padre con esfuerzo diario. Frutos es, además, uno de los pocos restaurantes de la provincia que puede presumir de contar con una bodega de más de 200 referencias, reflejo de una evolución constante y de una clientela cada vez más exigente. A lo largo de sus 70 años, Restaurante Frutos ha sido testigo del crecimiento de Torremolinos y de la Costa del Sol, acompañando a varias generaciones de malagueños y visitantes que han hecho de sus mesas una parada obligada. Su historia es también la de una forma de entender la hostelería basada en la cercanía, la constancia y el amor por la cocina de siempre. En tiempos de tendencias fugaces, Frutos sigue demostrando que la autenticidad nunca pasa de moda. Y que en la Costa del Sol todavía hay lugares donde se come como antes… aunque el tiempo siga pasando.