Regeneración del Río Huerva: el Corazón escondido de Zaragoza

Ayuntamiento de Zaragoza, Gobierno de Aragón y la Fundación Biodiversidad del Miteco han emprendido el proceso de regeneración del Río Huerva, con financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con fondos NextGenerationEU de la Unión Europea. Una inversión en la calidad de vida para crear un nuevo pulmón verde para la ciudad. Un ambicioso proyecto, ejemplo de innovación y de sostenibilidad, a realizar en dos fases: preparación del terreno, finalizada en verano de 2025, y Renacimiento Urbano, de finalización prevista para finales de 2026. Un auténtico eje de regeneración urbana y conexión con la naturaleza, ya que, como destacan desde el Ayuntamiento de Zaragoza: «Es el mayor y más ambicioso proyecto europeo de integración urbana de una ribera fluvial desde una visión multidisciplinar donde se aúnan los objetivos medioambientales y urbanos». Entre las actuaciones clave destacan, entre otras, la construcción de un tanque de tormentas anticontaminación, la renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento, la eliminación de especies invasoras y recuperación de flora autóctona, la plantación de 190.000 nuevos árboles y especies arbustivas, el ensanchamiento del cauce para reducir el riesgo de crecidas, la creación de sendas peatonales y la renovación de ocho calles adyacentes con prioridad para peatones. En cuanto al impacto urbano de esta gran acción, la ciudad contará con la transformación de 2,5 km de cauce y revalorización de 80.000 m² de espacio y la creación de ocho nuevos parques fluviales (cinco nuevos -que suman 12.400 m²- y tres renovados). Factores que contribuyen a consolidar los valores del proyecto, basados en la sostenibilidad ambiental (aumento de la biodiversidad y mejora de la calidad del agua), la conexión ciudadana (unir el río con la ciudad para el disfrute y el bienestar social), la resiliencia urbana (protección ante fenómenos meteorológicos extremos) y la innovación, evidenciada con el uso de soluciones técnicas avanzadas como el tanque de tormentas y los parques inundables. La regeneración supone una conexión espacio-tiempo entre siglos, en torno a un río que es más que es un simple afluente del Ebro, es el alma secreta de Zaragoza. Nacido en las faldas de la Sierra de Cucalón, en la provincia de Teruel, recorre cerca de 128 kilómetros antes de fundirse con el Ebro, en pleno corazón de Zaragoza. Una fuente de vida para romanos, árabes, para agricultores de distintas épocas que trabajaban en las huertas de su vega… que sufrió un error de concepto urbanístico cuando gran parte del tramo central fue cubierto entre 1925 y 1928, surcando bajo el cemento de la ciudad en parte de la Gran Vía y el paseo de la Constitución, llegando a extremos como ser considerado más como una cloaca que como un recurso natural. La regeneración, ya en marcha, demuestra ya sobre el terreno los efectos de una inversión sin precedentes en la infraestructura verde de la ciudad, gracias a un proyecto diseñado en un proceso de escucha activa con entidades vecinales, sociales y ecologistas, asegurando que sea un proyecto hecho por y para los ciudadanos. Un claro ejemplo de la revolución ambiental de Zaragoza, como destacan desde el ayuntamiento: «Cuando el proyecto concluya, Zaragoza no solo tendrá un río recuperado, sino un paisaje urbano transformado. El Huerva, antes una barrera, se convertirá en un espacio central de ocio y naturaleza. Se crearán sendas peatonales y ciclistas, equipamientos y áreas de descanso que permitirán a los zaragozanos disfrutar de la ribera de forma compatible con la dinámica natural del río». Los parques serán espacios de «recreo y encuentro» que conservarán el arbolado existente de gran dimensión, con nuevas plantaciones Uno de ellos será de carácter inundable, una innovación que demuestra el respeto por la naturaleza y la funcionalidad del diseño. El Sopesens, punto de partida de este 'viaje verde', emerge, con sus 3.700 m², sobre un 'tanque de tormentas', cuya 'joya de la corona' es su gran área de suelo arenoso, ideal para juegos y actividades al aire libre. En cuanto al Bruno Solano, de 3.370 m², cuenta con una zona de juegos infantiles de 600 m² y perímetro de seguridad (su diseño abierto e iluminación estratégica aseguran la tranquilidad a cualquier hora). El Parque Emperador (2.600 m²), junto al sendero principal flanqueado por árboles, es una gran área circular de arena se convierte en el epicentro de la diversión, con unas gradas curvas que invitan a la reunión y a pequeños eventos al aire libre. El Goya (2.300 m²) permite disfrutar de senderos, espacios de descanso y escaleras rehabilitadas . Y el Catalina Salazar, con 430 m², se centra en los más pequeños, con una zona de juegos de 150 m². El segundo tramo se enfoca en la revitalización de tres de los espacios más queridos de Zaragoza. Así sucede con el Parque de Villafeliche (8.865 m²), que mantendrá sus espacios esenciales, como el quiosco con terraza, la zona de juegos infantiles y las pistas de petanca. El Parque Lineal del Huerva (36.606 m²), el más grande, mejorará su conexión entre sus senderos y la creación de nuevos accesos, con una nueva escalera junto al Camino de las Torres, que facilitará el acceso a la ribera. La Ribera del Parque Bruil (33.420 m²), mantendrá, por su parte, su esencia, con la creación de un entorno más accesible, conectado con césped, árboles y pistas deportivas, con el Huerva. Una gran actuación que, además, contempla, la metamorfosis del entorno urbano, con una reforma integral de las calles adyacentes, convirtiendo arterias funcionales en espacios vibrantes y accesibles, con renovación y mejora en pavimentación y servicios de iluminación y drenaje. El objetivo: un entorno urbano más seguro, accesible y sostenible, priorizando la movilidad peatonal y vehicular de manera integrada.