Cada conductor tiene sus manías y unos hábitos adquiridos, pero debemos tener en cuenta que algunas de esas costumbres pueden suponer un riesgo no sólo para nuestra propia seguridad, sino también para la de los demás. De ahí que suelan estar penadas con multas y que, en caso de percance, incluso nuestro seguro podría no cubrirnos, como afirman los expertos de Cleverea. Y, en cualquier caso, nos convierten en conductores molestos. Estas son algunas de ellas.